Estos días se cumplen 15 años desde que Sexo en Nueva York llegó a la pequeña pantalla y revolucionó el mundo de las series.
Cuatro mujeres muy diferentes entre sí, pero con una sólida amistad se hacían un hueco en nuestras pantallas. Una serie para mujeres a partir de los 30, solteras y triunfadoras, en las que se abordaban todo tipo de temas, incluido el sexo.
Pero Sexo en Nueva York no sólo marcó una época por haber hablado directamente sobre temas que parecían tabú hasta el momento de manera divertida. Sexo en Nueva York, de la mano de su protagonista Carrie Brandshaw, le daba a la moda un papel muy importante.
Hace ya algunos años, cuando se estrenó la primera película, recordé los looks más llamativos de Carrie en las seis temporadas. Pero hoy quiero hablaros de mi personaje preferido dentro de la serie: Charlotte York.
Desde el primer momento que la vi, tuve claro que ella era el personaje que más me representaba. A pesar de que nuestras profesiones son opuestas, su personalidad romántica y el hecho de creer fervientemente en el amor para toda la vida nos acercaban más que nada.
Charlotte se casa primero con el cirujano Trey MacDougal, vestida con un diseño palabra de honor y velo largo de Vera Wang.
Pero su matrimonio con Trey no funciona y Charlotte, que nunca pierde la fé en el amor para toda la vida encontró en el abogado Harry Goldenblatt a su alma gemela. Para su boda, una ceremonia judía, Charlotte se decanta por un vestido de seda de Badgley Mischka. No renuncia al verlo, pero esta vez lo lleva corto.
¿Con cuál de los dos os quedáis?.