Título original:
La Novia
Año:
2015
Fecha de estreno:
11 de febrero de 2015
Duración:
95 min
País:
España
Director:
Paula Ortiz
Reparto:
Inma Cuesta, Asier Etxeandía, Álex García, Manuela Vellés, Consuelo Trujillo, Leticia Dolera, Carlos Álvarez Novoa, Luisa Gavasa
Distribuidora:
Betta Pictures
El nuevo trabajo de Paula Ortiz está creando controversia, a juzgar por las reacciones tras su paso por Donosti. Hipnótica, poética, metafórica, preciosista, cálida, de extraña belleza lírica. Así podríamos definir La Novia.Basada en Bodas de Sangre, una de las obras literarias más reconocidas de Federico García Lorca, la directora zaragozana ha optado por ser lo más fidedigna, en la medida de las posibilidades ofrecidas por el cine, al texto del autor. Las pulsiones de los personajes se funden con el lenguaje cinematográfico para engendrar una obra de exquisita degustación.
Además, no apta para todos los públicos. Ortiz, sabedora de la complejidad simbólica de Lorca, ha recogido la esencia lorquiana mediante aires artificiosos -más allá de la continua exaltación de la estética. Porque ¿cómo hacer visuales las palabras del granadino? Varios realizadores se habían acercado a sus textos pero, quizá, Ortiz sea quien haya sabido imprimir a fuego esas imágenes en la retina del espectador con mayor fidelidad. La trágica historia de un triángulo amoroso, con una novia deseando a otro hombre que, en el día de su boda, escapa con él. Un hombre perteneciente a una familia enfrentada con la del novio, desde unos asesinatos años antes. El amor, la pasión, los celos y la muerte.
La película nace y muere impregnada en sangre. El espectador no puede olvidar la escena inicial con esa novia embarrada y ensangrentada, vagando errante en una tierra yerma. Durante el desarrollo, la presencia de la sangre nos invade silenciosa. Hasta el fatal desenlace. Las elecciones formales nos recuerdan que estamos en un entorno fatigoso, caluroso. La paleta de colores oscila entre los amarillos terrizos y los marrones azafranados. Y todo para transmitir las emociones más fuertes de los personajes, sin necesidad de ubicaciones geográficas -nunca se menta la localización- ni apegos a una patria. De hecho, La novia se rodó entre los Monegros y la Capadocia turca, este último un ambiente ideal inocular sensaciones.
Consciente de las metáforas lorquinas, Ortiz se sirve de ellas en aras de poetizar su largometraje. Comoen Bodas de sangre, ningún elemento está dejado al azar. El caballo, los cristales rotos o la danza alrededor del fuego, entre otros, esconden significados dobles -la virilidad, el acecho de la muerte. Paula filma estos momentos oníricos con mimo y nos va descubriendo en ellos pequeños detalles que engrandecen su película, como esa enigmática, cuasi terrorífica, presencia de La Mendiga.
Debemos destacar el poder de la música y las canciones populares en La novia. Los actores interpretan piezas versionadas de textos de Lorca, canciones que ya forman parte -también- de la cultura popular, como esa Tarara. O canciones que enriquecen la historia de fondo y derivan de homenajes que algunos músicos han realizado al autor granadino, como esa desgarradora versión del 'Pequeño Vals vienés' de Leonard Cohen.
Y si la fotografía, la realización y la música se conjugan de manera mágica, no podemos pasar por alto el plano interpretativo. Inma Cuesta, Álex García y Asier Etxeandía componen el triángulo amoroso sobre el que se sustenta la historia. Cuesta, cada día más grande, ejemplifica las contradicciones de un personaje complicado, cuyos actos afectivos repercuten en su entorno. Entre los secundarios, Luisa Gavasa nos estremece en su papel de madre del novio y Carlos Álvarez Novoa, en su último rol en el cine -ni siquiera pudo verla estrenarse-, como padre de la novia. Una preciosa película para rendirle un homenaje póstumo al actor asturiano. Porque en su cuidada composición estética, La Novia es una película bella, respetuosa y soberbia.
8/10