Pocas personas podrán decir que no se han visto, al menos alguna vez en su vida, atrapados por pensamientos autodestructivos. Estos aparecen en momentos en los que el estado de ánimo se encuentra deprimido, se pierde la objetividad y se entra en una espiral de la que cuesta mucho salir.
La nube negra
En el centro de la espiral todo es negro, como una niebla muy espesa y oscura, no se alcanza a vislumbrar escapatoria alguna más que continuar dejándose arrastrar por su vaivén. Aquí los pensamientos son devastadores, reflejo de emociones muy negativas, de una profunda tristeza, de la culpa, de la ira, de la desidia… cada pensamiento justifica al siguiente y nos empuja a encontrar un final a todo ese dolor, ese malestar que nos quema desde dentro y que nos hace perder la razón de vivir.
Autolesiones y conductas suicidas
Ante la presencia de emociones tan negativas y un malestar tan acusado, muchas personas pueden recurrir a las autolesiones o, incluso, a cometer acciones contra su propia vida. Aquí se puede hacer una distinción entre conductas que buscan el auto-castigo o “anestesiarse” a través del dolor y conductas que tienen como fin acabar con la propia vida para acabar con el sufrimiento.
En cualquiera de los casos, son conductas de riesgo que deben cesarse lo antes posible, siendo necesario, en determinadas ocasiones, el ingreso hospitalario. A este respecto, es muy importante no culpabilizarse por ello y tratar de entender qué es lo que nos ha llevado a esa situación.
¿Cómo escapar de la nube negra?
Salir de una espiral de autodestrucción sin ayuda no es para nada sencillo, ya que, como comentaba anteriormente, se pierde la objetividad. Por ello es fundamental buscar ayuda profesional y especializada lo antes posible, cuanto más te arrastre la espiral, más difícil te resultará escapar de ella. En estos momentos, es imprescindible tener alguien en quien apoyarse, con quien poder hablar sin sentirse juzgado, poder expresar sin miedo todo lo que nos reconcome por dentro y cómo nos estamos sintiendo.
Así mismo, otras estrategias que nos pueden ayudar a que la espiral no termine por destruirnos son:
- Gestión del pensamiento: detectar y detener los pensamientos negativos, y generar pensamientos más productivos y menos dolorosos.
- Aumentar la serotonina: realizando actividades que nos hagan sentir bien o, al menos, nos aporten un poco de tranquilidad en medio de la tormenta, ya sea un paseo por el campo o una charla con alguien de confianza.
- Cuidarse: una de las primeras cosas que se desestabilizan cuando nos vemos sumidos por la nube negra, es nuestro cuidado personal, lo que incluye el aseo personal, la alimentación o el ejercicio físico entre otros. Descuidarnos sólo va a aumentar el malestar y los sentimientos de inferioridad, inseguridad y culpa.
- Permitirse estar mal: pero sin regodearse en el victimismo. Aceptar las emociones que estamos sintiendo, pero buscando, al mismo tiempo la forma de salir del bucle.
- Consumo de fármacos: en algunos casos, la recomendación médica puede ser la prescripción de fármacos que nos ayuden a estabilizar el ánimo y poder afrontar la situación con una mayor objetividad. Esto debe ser siempre un complemento a la terapia psicológica, donde se atenderá a la raíz del problema y las distintas estrategias para superarlo.
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