Revista Asia
Siempre se ha cuestionado cuál sería el destino de Asia Oriental cuando el régimen norcoreano tenga sus horas bajas. Cuando cayó el muro de Berlín, los políticos de ala conservadora definieron un nuevo concepto: la llamada "Nueva Europa", cuyos habitantes de los países de parte este vieron como sus gobiernos trataban de alejarse del comunismo y dar la bienvenida a un régimen totalmente opuesto como el capitalismo. Algunos creen que la Corea unificada con la desaparición de la actual élite política norcoreana podría reconfortar la economía de la zona a pesar de ser una de las zonas con mayor intensidad económica e industrial del mundo.
Otros son mucho más optimistas tratando de explicar que después de estar unidos, la economía coreana podría incluso superar a la japonesa siendo segundos o terceros por detrás de los chinos y estadounidenses. Esto me hace pensar que ellos tratan de dar una explicación que la existencia del régimen norcoreano haría estancar la economía de la zona si no caen prontamente. Que no fluye. Pero existe un obstáculo: la amistad entre los dos países que siguen abrazando al socialismo aún es perpetua, aunque tengan momentáneamente fricciones por diversos motivos.
¿Acabará imponiendo aquel término llamado "La nueva Asia"? Puede ser. Sería curioso como sería aquella zona sin Corea del Norte que estamos acostumbrados a ver. Sus amenazas y sus ensayos nucleares serán en algún día asuntos pretéritos cuyo líder estaría exiliado en las inmensas tierras rusas o chinas y que incansablemente será perseguido por la justicia internacional por sus crímenes contra la humanidad. Para que eso sea una realidad, muchos son quienes están trabajando utilizando herramientas que contienen asuntos que incomodan al régimen. Eso se multiplicaría durante varios años pero el hermetismo que tanto le ha caracterizado puede jugar, algunas veces, en su contra. El diario de Corea del Norte