El mundo de las grandes empresas tiene algo de cíclico. Todos recordamos el famoso best seller En busca de la excelencia, en el que Tom Peters y Robert Waterman nos recordaban, en un ya lejano 1982, que las empresas que tenían éxito (el Santo Grial de la gestión empresarial) eran las que respetaban el principio de "zapatero a tus zapatos", y que las grandes corporaciones multinegocio no generaban valor para sus accionistas.
En paralelo a la aparición del libro, e incluso espoleados por este, los llamados tiburones financieros arrasaban las aguas empresariales repletas de pesados dinosaurios empresariales que querían hacer de todo y no eran buenos en nada, destrozándolos y vendiéndolos por partes (de ahí el éxito de la famosa Pretty Woman).
Pero la moda pasó, y las empresas volvieron a comprar y tratar de integrar otros negocios, en un ciclo imparable y eterno que se repite continuamente: unir-separar-unir-separar...
Eso nunca ha parado, pero en estos días estamos siendo testigos de una nueva oleada de spin off en grandes corporaciones. La lista es larga e incompleta, pero creo que ilustrativa:
Y en el pasado más o menos reciente, muchas más:
La rueda no para, pero ahora ha llegado a los grandes monstruos corporativos de Wall Street y se hace más visible.
¿Cuándo o por qué ocurre? ¿Quién sale ganando?
Ocurre cuando una corporación se da cuenta de que vale menos que la suma de sus componentes. A veces es el mercado financiero quien avisa; a veces son sus directivos quienes se anticipan.
Sale ganando la economía porque se supone que las empresas resultantes son más manejables, mejor gestionadas y más eficientes. Y salen ganando los bancos de inversión, que facturan miles de millones en honorarios de asesoramiento.
En definitiva es la ley del mercado, la ley imparable del capitalismo en busca de mayor eficiencia. Un movimiento que abre grandes oportunidades en el mundo de la fusiones y adquisiciones, porque habitualmente la estrategia corporativa de las nuevas unidades nacidas del split corren en busca de oportunidades de compra de compañías emergentes que las hagan crecer con más fuerza. Es Navidad para los fondos de Private Equity...
...Hasta que llegue el nuevo ciclo de fusiones y nos olvidemos de los spin off.
Como nos recuerda aquel dicho: a río revuelto, ganancia de pescadores.