1. La Globalización cambiante: vamos hacia la desglobalización. Ya antes de la pandemia EEUU y otros países se dieron cuenta, hace años, de que no podían competir con China y el sureste asiático, de hecho el ascenso de Trump se basó en parte en eso: romper la globalización que no les interesa con un nuevo nacionalismo. Las relaciones internacionales están cambiando rápidamente hacia nuevos nacionalismos egoístas que son localismos en algunos casos, visiones a corto plazo.
Alternativas. Habría que parar esta globalización, que es lo peor que estamos haciendo, y generar una conciencia crítica de especie en la educación y la formación que socialice la revolución científico-tecnológica y que incremente la sociabilidad de los grupos(Eudald Carbonell).
2. Cultura y ciencias. Los eventos culturales de masas tendremos que olvidarlos por un tiempo. Como todo cambio de época, se está reflejando el actual en el mundo del arte y la cultura, en todos los aspectos, en las manifestaciones artísticas, música, literatura, etc. Nuevas películas. El espectador, para saber en qué época está realizada una filmación nos fijamos habitualmente en algunos detalles tecnológicos, como tipo de automóviles y, en las últimas décadas, si aparecen teléfonos móviles y de qué tipo (podemos acertar con variaciones apenas quinquenales). A partir del presente año sabremos fácilmente si la obra artística está realizada antes o después del coronavirus (a.c. o d.c.). Tal es el trauma que está sufriendo la población planetaria. El paisaje urbano ha cambiado y también el filmado: aparecen los actores con o sin mascarillas en las calles, hablan o no del postrauma confinamiento, etc. Las ciencias y la investigación social están en una situación ya diferente. Las ciencias experimentales necesitan dar un salto de comprensión, investigar, descubrir y también desarrollar nuevos modelos experimentales en salud. Entender lo que ha pasado obligará a crear nuevos paradigmas científicos. Las nuevas tecnologías y las TIC ya han dado un paso gigantesco. Las ciencias sociales están aún comenzando a asimilar el cambio de época.
3. Comunicación. Los periódicos en papel, que ya tenían los días contados, ahora ya podemos contarlos, están en el tiempo de descuento, alguno quedará como artículo de lujo. Las redes sociales seguirán creciendo también como medio de información y comunicación. Pero, con la pandemia, la televisión y sus telediarios han recuperado el puesto como primera fuente de información para la mayoría de la población española. El lenguaje y la comunicación también han cambiado. Algunos de los posicionamientos y nuevas formas de comunicación los vemos en los cuadros semióticos y de multilemas (adjuntos, con los multilemas se trata de recoger posiciones superadoras de los típicos dilemas).4. El amor y las relaciones sociales. El poliamor, el ligoteo, las relaciones múltiples y liberales… han sufrido un duro golpe durante el confinamiento. Veremos como se van recuperando, pero seguro que lo harán, tan seguro como que no igual que antes, ni en la misma cantidad. Como en todas las relaciones sociales también en las amorosas seremos más selectivos, menos amigos y amistades íntimas, pero más selectivas y más apreciadas. La pareja como refugio adquiere más valor. 5. Después de meses de confinamiento, de arresto domiciliario, en parte impuesto, en parte voluntario, por miedo, la relación con uno mismo ¿ha cambiado? Nunca antes habíamos tenido tanto tiempo para leer, para ver pantallas, para hablar con los seres queridos y no tan queridos, y para hablar con nosotros mismos: Incluso cuando estamos "solos con nosotros mismos", somos seres dialécticos porque podemos hablar solos, podemos pensar y reflexionar sobre nuestras propias acciones. Somos "dos en uno", o, en palabras de Arendt, "todo pensamiento, estrictamente hablando, es elaborado en soledad y es un diálogo entre yo y yo mismo" (Joke J. Hermsen)6. El urbanismo. Queremos vivir en ciudades más peatonales, más cerca del trabajo, la ciudad de los 15 minutos (tiempo ideal empleado para llegar al centro de trabajo o a hacer la compra), como reivindicación está muy bien. Es más ecológica y sostenible. Pero en la economía y mercado laboral actual es imposible, ojalá sea una tendencia, una construcción paso a paso. De momento contradictoria con el incremento del deseo de viviendas más amplias, nuevas demandas de casas con jardín, chalets, etc. 7. La pobreza y la desigualdad en aumento. Como en todas las crisis. Salvo en algunas: después de las guerras mundiales hubo un aumento de los impuestos y de la redistribución económica en algunos países. Churchill triunfó en la guerra contra la Alemania nazi, pero inmediatamente después de terminada la guerra los británicos eligieron a un partido laborista intervencionista y socializante. Antes, precisamente para salir de la crisis de la Gran Depresión de 1929, Estados Unidos fue dirigido por Roosevelt que implantó su New Deal, el gran acuerdo social por el que se aumentaron los impuestos de forma progresista a cifras no imaginables actualmente. Las personas con mayores rentas llegaron a pagar más del 60% de sus ingresos anuales en impuestos. Lo que permitió unas inversiones en Seguridad Social y políticas sociales nunca antes abordadas.

Pasada la pandemia como crisis sanitaria, queda la económica. El turismo internacional -que actualmente es cero, se recuperará pero poco y aumentará el turismo nacional, dentro de cada Estado y, lentamente, dentro de la UE. Se acabaron algunas tonterías burguesas, como la de ir de compras el fin de semana a Londres porque hay muchas oportunidades y la obligación de veranear todos los años en destinos exóticos de las antípodas, aspectos del consumismo que, afortunadamente para el planeta, desaparecerán de las agendas de las clases media y media alta. Esperemos que la mayoría de la población se conciencie, al menos un poco, y a ser posible se vacune -gratis- contra el consumismo desbocado. (Recuerdo una conversación de hace apenas tres meses en el autobús: una chica, de apenas 18 años, le comentaba a su amiga que este verano “tenía que ir a conocer Chicago, que le hacía mucha ilusión, más que eso ¡que tenía que ir!” y eso en un autobús, no en el club de golf).
Termino con una nota de actualidad, una económica y otra política, una prospectiva un poco pesimista.

MULTILEMA DEL CONFINAMIENTO (Pedro Martín, red CIMAS, mayo 2020)
Algunas aclaraciones:El eje horizontal está más claro (entre lo individual-impuesto y lo colectivo-asumido), incluso la posición de arriba encaja con la posición más comunitaria-constructiva, sin embargo, la inferior la he querido encajar con lo que está ausente de todas las demás posiciones y creo que me ha salido un poco más coherente hacia la izquierda que hacia la derecha (lógico…).En esta posición inferior derecha he introducido dos elementos que aclaro: · el “Quédate en cana” no es una errata: “cana” es el equivalente en argot “al talego” o “al maco”, pero también a “la pasma” o “la madera”. Este término se emplea en Argentina ante la alarma por la excarcelación de los reclusos que, estando en prisión provisional por motivos no violentos y sin juicio, se les está concediendo la prisión domiciliaria, con muchas decisiones improcedentes. Sin embargo, hay numerosas personas LGTBI a las que se encarcela (sobre todo) por menudeo y otros delitos menores y que se pueden pasar años “en cana” y en el limbo de la justicia.· También he querido dejar en esta posición la tremenda situación que han pasado y están pasando las residencias de personas mayores; en algún momento habrá que revisar el maltrato que supone este modelo de “confinamiento generacional”.Pedro Martín