Revista Sociedad

La nueva normativa, beneficiará o tendrá el efecto contrario...

Publicado el 11 enero 2012 por Hogaradas @hogaradas

La entrada en vigor, el 1 de enero, de la nueva normativa que obliga a cotizar el servicio doméstico desde la primera hora trabajada comienza a saldar una deuda con un colectivo, integrado en su inmensa mayoría por mujeres, que hasta ahora no había visto reconocido con una equiparación legal la importancia de la tarea que desempeńa. Esta es la primera consideración que debería merecer el cambio legislativo, que viene a dar entidad, por el progreso en la igualdad de derechos que persigue, a un tipo de trabajo que ha tendido a ser minusvalorado bien porque tradicionalmente los realizaban amas de casa sin remuneración alguna, bien porque se desarrolla en la privacidad del hogar y sin que requiera una cualificación tasada. Así, el servicio doméstico ha adolecido de un reconocimiento profesional que también ha contribuido, en mucho casos, a la depauperación de los salarios y de las condiciones laborales, sin olvidar los casos extremos en los que la práctica casi clandestina de estas labores -especialmente por inmigrantes en situación irregular- se ha convertido en caldo propicio para los abusos y la discriminación. Las bondades de la nueva legislación y su obligado cumplimiento no obvian, sin embargo, las dificultades para que se ejecute y resulte eficaz a la hora de procurar los objetivos que perseguía su aprobación: entre ellos, evitar fraudes y hacer emerger parte del empleo sumergido vinculado a trabajo doméstico, dos pretensiones que se complican en una coyuntura de dificultades económicas. De hecho, podría darse la paradoja indeseada de que la nueva normativa sitúe en situación de mayor fragilidad a quienes prestan ahora este trabajo en condiciones más desfavorables o lo vean peligrar ante las nuevas exigencias normativas. La casuística dispar apunta a una aplicación compleja y ardua del cambio legislativo. Pero esta constatación no debería ser excusa para que las trabajadoras del hogar no vean palatinamente reconocidos sus derechos y para que los empleadores no tomen conciencia de que esos derechos son también los suyos, dado que contribuyen a dignificar una tarea tan sensible como la que se realiza de puertas hacia dentro en el hogar y, en muchos casos, en la atención a nińos y mayores. Una sensibilización que requerirá seguramente de un cambio social más allá de la fuerza de la ley.


Volver a la Portada de Logo Paperblog