Se calcula que pueden ser unas 700.000 personas, la mayorнa mujeres, muchas de ellas extranjeras. Pero ninguna estadнstica es capaz de reflejar con fidelidad la realidad de esta profesiуn dominada por la economнa sumergida. Son las empleadas domйsticas, personas que limpian, planchan o cuidan niсos o mayores en casas ajenas, y que hace tiempo que dejaron de ser una presencia exclusiva en los domicilios de las clases pudientes.
Precisamente para hacer aflorar ese dinero negro, el ъltimo consejo de Ministros del Gobierno de Zapatero aprobу un Real Decreto para que estos empleados domйsticos se integren gradualmente en el Rйgimen General de la Seguridad Social.
Asн, cualquiera que tenga a una persona trabajando en su domicilio durante al menos cuatro semanas (aunque sea una hora semanal) tiene la obligaciуn de hacerle un contrato, darla de alta en la Seguridad Social y pagar las cotizaciones correspondientes. Esto supondrб, ademбs de una mayor protecciуn social para esas empleadas, que las maltrechas arcas de la Tesorerнa vean incrementadas sus aportaciones. Y en algunos casos, que dejen de figurar en las listas del INEM.
Sin embargo, y aunque el plazo se abriу el pasado 1 de enero, la medida estб teniendo un йxito relativo. Son muchos los que no se han enterado. Otros simulan no saberlo "por no afrontar el papeleo que conlleva". Otros, porque les "supondrнa un mayor coste". De hecho, son habituales los casos en que los salarios se estбn revisando a la baja para poder afrontar las cotizaciones. Casos como el de Cristina, que en lugar de seguir abonando 10 euros por hora a su empleada, va a empezar a pagarle nueve, "a cambio" de darla de alta.
De hecho, hay un tercer actor en el escenario que se estб beneficiando de la reforma: los intermediarios, como agencias de colocaciуn o empresas de trabajo temporal que ofertan empleadas por horas a precios menores de los que actualmente estбn pagando las familias. Un descuento a costa del sueldo del trabajador.
Incluso algъn medio de comunicaciуn se ha hecho eco esta semana de rumores que apuntan a que la medida podrнa retirarse, si bien fuentes del Ministerio de Empleo descartan tal extremo. Es mбs, hablan de "avalancha de llamadas" desde noviembre, cuando fue aprobado el Real Decreto.
No es infrecuente que las propias empleadas rechacen darse de alta, aduciendo que "perderнan dinero" o que dejarнan de percibir ayudas o pensiones. Es el caso de la personas que trabajan en los domicilios de Manuel y de Amanda (*). En el primer caso, percibe 650 euros por 20 horas semanales, ademбs de dos medias pagas. Todo en negro.
Pese a que el empleador le ha propuesto regularizar la situaciуn, la trabajadora lo rechaza, pues estб percibiendo una pensiуn (de modo que cotiza a la Seguridad Social y tiene cubierta la asistencia mйdica), y teme perderla. A la persona que trabaja en casa de Amanda cuatro horas a la semana le sucede algo parecido: cobra una pensiуn, y prefiere no darse de alta.
Un caso similar al de la empleada de Fбtima. Acude a su casa tres horas a la semana para realizar tareas de limpieza. En este caso, no estбn interesadas ni empleada ni empleadora. La primera, porque al cobrar en B tiene acceso a ayudas (libros, comedor, becas...), que en caso de darse de alta y figurar su renta, probablemente no percibirнa. A la empleadora, porque le supondrнa mбs dinero, "y ademбs me echa mucho para atrбs todo el papeleo que hay que hacer".
La persona que trabaja para Elena tambiйn rechaza darse de alta, pues estб cubierta por la Seguridad Social gracias a su marido. De hecho, tiene permiso de residencia pero no para trabajar. A Elena no le importarнa regularizar la situaciуn, "pero negociarнa a la baja. Yo estoy dispuesta a pagar un poco mбs [por las cotizaciones], pero ella deberнa asumir una parte".
En el caso de Marta, la iniciativa ha partido de la propia empleada, que trabaja siete horas semanales en su domicilio. Ha solicitado a la familia la documentaciуn y una autorizaciуn para ocuparse ella misma de los trбmites, y ademбs asumirб ella los costes de cotizaciуn. "Para nosotros genial, porque nos cuesta lo mismo, y encima la tenemos asegurada". No obstante, se estб planteando incrementarle el salario, para que la trabajadora no vea muy mermado su sueldo.