La U.E. ha renovado su cúpula, Ursula Von der Leyen ha sustituido a Jean Claude Juncker en la presidencia de la Comisión europea, el expresidente del gobierno belga Charles Michael a Donald Tusk en el Consejo de Europa, y en el Parlamento Europeo al desastroso Tajani le sustituye el peor todavía David-María Sassoli del partido de Berlusconi que parece tener la exclusiva de ese cargo.
Aquí sería aplicable la famosa frase del Gatopardo “que todo cambie para que todo siga igual” porque casi todos los nuevos, con un Charles Michael algo más moderado, ya han advertido que todo va a seguir igual, aunque Von der Leyen o Angela Merkel II ya ha dicho que se va a centrar en el tema del cambio climático, que muy probablemente quiere decir que hablará mucho sobre el asunto y hará cuatro cosas inútiles.
Sobre la paulatina desaparición de la débil democracia española Von der Leyen y Sassoli se apresuraron a dejar bien claro que la U.E. va a seguir callada y no va a intervenir, en base a la falacia de que se trata de un asunto interno.
No se entiende que la U.E. se mantenga callada solo en relación con España cuando sancionan a Polonia y Hungría por algo mucho menos grave, y critican a países como China y Turquía por hacer lo mismo que está ocurriendo en España.
El silencio de la U.E. no es comprensible ni aceptable cuando el 1 octubre 2017 la policía española actuó de manera sumamente brutal contra unos ciudadanos por ¡¡VOTAR!!, brutalidad que vio todo el mundo, cuando la Justicia española ha actuado saltándose todas las normas procesales que defienden al acusado para, en los casos de varios políticos y artistas, poderlos mandar a prisión sin haber cometido los delitos de que fueron acusados, casos Alsasua, Process y otros, aceptando pruebas que constituían perjurio por su falsedad y rechazando pruebas contundentes de las defensas, cuando el Estado español actúa de manera mafiosa e ilegal, usando su fuerza y autoridad para incriminar y desacreditar a adversarios políticos mediante unos cuerpos policiales cuya gran especialidad es aportar pruebas falsas a los juzgados, cuando al hacerse pública la evidencia de las actividades mafiosas del Estado y la falsedad de las pruebas aportadas no les ocurre nada ni a los que las inventaron ni a los que las fabricaron ni a los que las usaron, cuando el Estado español impide por todos los medios legales e ilegales que varios partidos regionales hagan uso de derechos internacionales admitidos y apoyados por la ONU y refrendados por el Estado español con la falsedad de que dicho derecho está prohibido por la Constitución española, cuando el gobierno de España aprueba una Ley refrendada por el Parlamento que permite al Estado el control directo y eventual eliminación de lo publicado en Internet sin intervención judicial, que se suma además a una Ley anterior llamada Ley Mordaza porque da al ministerio del Interior y los cuerpos policiales medios que no son en absoluto aceptables en una democracia, cuando gracias a esas leyes que otorgan métodos nada democráticos al ministerio del Interior hay decenas de personas en prisión preventiva, algunos desde hace meses cuyos abogados y parientes han denunciado casos de torturas y presión psicológica, cuando alguno de los detenidos y retenidos en prisión han sido acusados sin la más mínima prueba o evidencia de terrorismo y violencia cuando en unos registros de sus domicilios y locales no se encontraron ni armas ni explosivos, cuando a consecuencia del abuso de la prisión preventiva habitual en España se ha dado el caso de que una persona fue considerada inocente después de pasar dos años en prisión preventiva.
Seguro que impresiona esta lista vista así todo seguido y todo y que seguro que he olvidado algo, deja bien claro que cualquier parecido entre el Estado español y una democracia plena (según Pedro Sánchez) o plenísima (según Carmen Calvo) no es ni coincidencia porque no existe en absoluto. Y sin embargo Von der Leyen y Sassoli no solo dejan muy claro que no van a mover un dedo para detener el creciente autoritarismo en España, además Sassoli, ante la eventualidad que el Tribunal de Justicia de la U.E. tome próximamente la decisión sobre el derecho de Oriol Junqueras ha ser considerado europarlamentario de pleno derecho propone nada menos una nueva Ley que regule las elecciones al Parlamento Europeo en la que los países miembros de la U.E. tengan derecho a impedir por razones judiciales que alguno de sus ciudadanos pueda presentarse como candidato a Europarlamentario, es decir, a pesar de la larguísima lista de irregularidades de la supuesta democracia española que he presentado la U.E. no hace nada, pero si lo hace para que el creciente autoritarismo español sea aún más efectivo. Para no tomar medidas en España la U. E. pretende que no puede intervenir en un conflicto entre Catalunya y España, cuando el verdadero conflicto es entre España y la democracia, algo que en la U.E. saben perfectamente, pero resulta que los bancos alemanes tienen una gran parte de la deuda pública española que sin Catalunya pasaría de impagable a quiebra, y cuando Merkel ocultó durante más de seis años los graves problemas del Deutsche Bank, demostró que con el dinero alemán no se juega.
La desgracia de la U.E. se llama Angela Merkel, ya desde el año 2000 cuando pasó a liderar su partido CDU y no digamos desde el 2005 cuando fue nombrada Cancillera. Por supuesto que es inteligente pero su honestidad no la he visto nunca. Dedica todos sus esfuerzos a asegurarse el máximo de votos en las siguientes elecciones alemanas y por esta razón lo que hoy es blanco mañana puede ser negro, como ocurrió con el asunto de los refugiados inmigrantes con los que empezó aparentando ser la madre amantísima de los refugiados aceptando un millón en Alemania, pero en cuanto empezaron los problemas y Merkel creyó que sus votos peligraban cambió diametralmente de política y cometió la barbaridad de llegar a un acuerdo nada menos que con Erdogan para detener en Turquía el flujo de inmigrantes a Europa a cambio de una minucia de 6 mil millones para que Erdogan mande la mayoría de los inmigrantes musulmanes a Estado Islámico.