Revista Gente

La nueva vida de Carmela (mi madre)

Publicado el 03 diciembre 2012 por Moradadelbuho @moradadelbuho

  521     El diario de Bruno Fernández: La nueva vida de Carmela (mi madre)  

Mujer feliz

Vida sustentable

Antes de escribir esta página de mi diario, quisiera daros las gracias a vuestros comentarios que me habéis dejado en el artículo "Fuimos hijos de una mujer maltratada", porque si os soy sincero necesitaba sacar esto a la luz, pero después de publicarlo noté como un desahogo, una tranquilidad, un alivio, no podría describir exactamente lo que sentí.

En esta ocasión hoy escribo una breve historia de como mi madre salió adelante (pero también tuvo que revivir el pasado) después de estar con una persona que la maltrataba porque "hay vida más allá de esa persona que te estuvo jodiendo la vida".

Después de que mi madre había dejado al cabrón de mi padre y tras seguir los consejos del Padre Samuel, pues intentó hacer borrón y cuenta nueva, aunque no fue del todo fácil pero gracias al apoyo de mis abuelos maternos, sus hijos y sus amigos y amigas, mi madre pudo salir adelante.

Una vez que mi madre abandonara aquella casa donde la torturaba, pues se fui a vivir a casa de sus padres, donde la estaban esperando con los brazos abiertos junto con sus hijas (mis hermanas) y un servidor con una alegría enorme, porque por fin había dejado a ese inútil.

Pero claro, mi padre sabía donde trabajaba, y donde residía provisionalmente, por el cual mi madre siguió sufriendo esa tortura del maltrato psicológico, llamadas amenazantes que la aterraban más hasta tal punto que en un principio decidió cambiar de número de teléfono, por el cual pensaba que todo se volvía a la normalidad.

Tanto mis hermanas como yo decidimos acompañar a mi madre a su lugar de trabajo, porque sabiendo que no iba a estar sola, pues mi padre la dejaría en paz, pero no era el caso, seguía intimidándola hasta que harta de la situación decidió poner una denuncia (¡POR FIN!), con su respectiva orden de alejamiento.

Meses más tarde se celebró un juicio por el tema del maltrato y para que no estuviera sola pues allí estaban todas las personas que querían apoyarla: mis hermanas, mis abuelos maternos, los amigos de mi madre, compañeros y compañeras de trabajo y yo, aparte de los abuelos paternos que estuvieron allí para presenciar el acto.

Cuando mi madre contó aquel tormento que sufrió ante el juez, los amigos de mi madre se quedaron sorprendidos de lo que estaba contando, pues desconocían todo ese calvario que había sufrido su amiga y se llenaron de rabia al escuchar todo y claro, no se callaron y el juez tuvo que llamar al orden.

En cambio, mis abuelos paternos (los padres de mi padre), pues la miraban con indiferencia, como que no la creían por el cual la increparon: "¡como le puedes hacer eso a tu marido, con lo que te quería!", pero vamos, no hubo palabras mayores de milagro.

Bueno, al final el juez dictaminó sentencia: 2 años de cárcel y una buena indemnización, y una orden de alejamiento de 2 kilómetros, aparte de apechugar con los costes del juicio, pero lo de los dos años de cárcel se quedó en nada porque al no haber antecedentes penales pues se libraba de pisar el presidio.

Una vez que había superado el juicio y después de tantas noches llorando y sin poder dormir, pues mi madre fue rehaciendo su vida poco a poco, haciendo lo que no hacía antes: quedar con las amigas, dar paseos por la playa sabiendo que su ex-marido ya no podría atormentarla.

Pasado unos años, mi madre conoció a un hombre (como os había comentado anteriormente), en un principio estaba a la defensiva después de haber vivido una experiencia traumática, pero una vez superado todos sus miedos y sabiendo que esa persona no era como mi padre, pues decidió ir un paso más allá.

Nos los presentó a lo cual nos pusimos contentos sabiendo que había conocido a una persona que iba a hacer que mi madre fuese feliz, por el cual nos alegramos muchísimo.

Así que amiga, si estuviste en la misma situación que mi madre… ¡Reacciona!, sé que es un poco duro y los días que pasen parecerán eternos, pero con la ayuda de tus seres queridos puedes seguir adelante porque como dicen: "Siempre hay una luz al final del túnel".

Ya para la próxima hoja de este diario, os prometo un tema alegre.

  Bruno Fernández (@BrunoFdz)  


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