Durante el embarazo, es muy importante tener y mantener un peso adecuado, siguiendo una dieta equilibrada y saludable y haciendo deporte. Y es que, la obesidad, según los especialistas, afecta de forma muy negativa, tanto a la salud de la madre como a la del bebé.
De este modo, será muy importante que la madre afronte el embarazo con un peso óptimo para que su pequeño llegue al mundo con salud.
Asimismo, la importancia de seguir una dieta equilibrada hará que se proteja al bebé de enfermedades crónicas como la diabetes, el colesterol elevado, así como otras enfermedades del metabolismo.
Consecuencias de la obesidad en el embarazo
Así, en cuanto a las consecuencias de la obesidad, cabe destacar que el sobrepeso puede provocar el aumento de la presión arterial, lo que, durante el embarazo, aumenta el riesgo de partos prematuros o niños que nacen con bajo peso. Asimismo, si este problema va en aumento, una vez que se llega al quinto mes de gestación, se trata de preeclampsia y en este punto, ya se pone en peligro, tanto la vida de la madre como del bebé.
También puede provocar diabetes gestacional, que se produce cuando la mujer no puede controlar los índices de glucosa en el cuerpo y, por consiguiente, se eleva el nivel de azúcar en la sangre. De este modo, el bebé nacerá con mayor peso de lo habitual e incluso podría desarrollar macrosomía, es decir, ser muy grande para su edad gestacional.
A esto se une la posibilidad de lesiones durante el parto, ya que, además de que, como antes se dijo, los bebés suelen ser grandes para su edad, la embarazada, por su condición física, no suele tener energía o capacidad para empujar. De este modo, el momento del parto se alarga y el pequeño encuentra dificultad para salir del canal vaginal. Esto, sin duda, provoca el llamado sufrimiento fetal. Es por esta razón, por la que aumenta el número de partos por cesárea de emergencia.
También, según algunos estudios, está comprobado que los bebés de madres con problemas de obesidad tienen el doble de posibilidades de sufrir espina bífida, así como, malformaciones del cerebro, la médula espinal o las meninges. También tienen mayor riesgo de sufrir alteraciones del tubo neural, labio leporino, paladar hendido, asma e incluso malformaciones en el corazón o las extremidades.
Fertilidad y su relación con la obesidad
Además, el exceso de ácido grasos afecta a los ovarios, provocando esterilidad o influyendo en la calidad de los embriones. Esto se traduce en una mayor dificultad para conseguir el embarazo, así como casos de muerte fetal tardía, que se produce después de veinte semanas de embarazo. En estos casos, aunque se produce la concepción, el feto no llega a superar los cinco meses de gestación.
De este modo, queda patente que, la obesidad no es una buena compañera durante el embarazo, por lo que, será importante que la mujer siga una dieta sana y se mantenga en forma gracias al ejercicio. Aún así, en el caso de las mujeres embarazas que tengan sobrepeso, será fundamental que acudan al especialista desde los primeros meses de gestación, para mantener un seguimiento y control en todo momento.