Sabemos que la obesidad puede dar lugar a algunos problemas en el embarazo, pero también podemos darnos cuenta de que puede ser un obstáculo para el embarazo, ya que el sobrepeso tiene una influencia negativa en las posibilidades de quedarse embarazada una mujer, en su fertilidad.
Según los expertos, los problemas empiezan ya cuando el índice de masa corporal (IMC) tiene un valor superior al 25 (el peso normal), ya que por encima de este valor es cuando empiezan los problemas. Hablamos de obesidad cuando el IMC supera el valor de 30, y hasta entonces podemos hablar de sobrepeso. Los problemas se producen en sobrepeso y obesidad, aunque más en la obesidad.
Las causas de esta influencia en la fertilidad pueden ser que la grasa al ser mucho mayor se puede comportar como una glándula endocrina creando desequilibrios hormonales y con ello disminuyendo la calidad de los óvulos y la ovulación. La obesidad concretamente puede provocar monarquía, ovarios poliquísticos, mayores riesgos de abordo, ciclos de ovulación irregulares, menopausia anticipada, aumento de trastornos del embarazo e incluso menor eficacia en el caso de técnicas de reproducción asistida. Cuantos más son los kilos, mayor es la influencia negativa en la fertilidad.
La única forma de combatir este problema de fertilidad causado por la obesidad es prevenir esta situación, esto es, tener una vida sana con una alimentación equilibrada, realizar ejercicio a diario y beber mucha agua. Esto es, nuevos hábitos de vida saludables.
En caso de que se presenten dificultades para llevar una vida sana por falta de conocimientos acerca de lo que es una vida sana se puede consultar con un médico o un especialista que asesore en estos temas. Hacer ejercicio al menos tres veces a la semana o apuntarse a un gimnasio, caminar una hora al día y adquirir nuevos hábitos van a ser los principales puntos a tener en cuenta para perder algunos kilos de más y así tener menos problemas para quedarse embarazada.
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