Por no decir el cien por cien, lo dejaremos en un noventa por ciento de hombres solitarios en busca de playa que conquistar, y en ese diez de excepción, incluimos también a las parejas de “abueletes”, porque van los dos, y en ese caso son mandados por mando a distancia de los hijos, esos mismos a los que el resto del año, sus padres les cuidan a sus retoños, porque ellos, según dicen sus padres salvándoles las vergüenzas, no abarcan para todo.
Este vecino del mundo ha llegado a la firme conclusión de que si él fuera primer edil de cualquier ayuntamiento costero instalaría, prioritariamente, inhibidores de frecuencia para evitar mandos a distancia, y que fuera a ocupar su sitio a cualquiera de las playas y rocas que nos circundan el que verdaderamente, al final, va a plantar sus reales posaderas.A este vecino del mundo que ya se está reconvirtiendo, como dijo en un post anterior (http://patxipe.blogspot.com.es/2017/05/el-joystick-de-mi-vida.html) en “jubilata de hojalata”, al primero/primera que tenga los santos bemoles de sugerirle plantar sus reales frente al mar, incluso a una hora razonable, le va a mostrar el reverso de su dedo medio totalmente erecto y duro, muy duro, de manera que no le va a hacer falta adornar la imagen con ninguna explicación.
Cualquier jubilado ya es en sí mismo, un superviviente, y nadie debería de humillarle con peticiones, cuando menos, llenas de un egoísmo que apesta, provengan de sus hijos o del mismísimo Sursum Corda disfrazado de mujer, la suya.*FOTO: DE LA RED