Revista Opinión

La obsesión de la Bestia CAPITULO 6

Publicado el 19 enero 2020 por Carlosgu82

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Hola!»

Este es el capitulo 6. Para leer la historia desde el inicio, visiten mi perfil.
La obsesión de la Bestia CAPITULO 6

CLAUDIA

Aquello era el colmo, necesitaba irme con él pues tenía que investigar, aunque Dominic no quisiera. Pero no quería que Dom pensará que creía a mi padre así que le expliqué todo al guarura.

—¿Puedo pedirle un favor?

—Claro que si Claudia. No sé si recuerdas porque eras muy joven, pero soy hijo de uno de los socios de tu papá, además del mejor amigo de Dominic.

—Me iré con mi padre. Dile a Dominic que escuché todo y que lo que hago es para poder recoger de casa de mi padre los recuerdos de mamá. Estaré allá una semana a lo sumo y cuando papá crea que no siento nada por Dominic me dejará ir entonces volveré.

—De acuerdo.

Entré a la biblioteca y ambos me miraban asombrados. Papá veía mi vendaje y estaba…o parecía estar impresionado. Quizás fingía, pero debía actuar conmigo y ser un papá modelo.

—Hola Pa. ¿Has venido para llevarme a casa?

—No te vayas Claudia.

Dominic se veía bastante afectado, sabía que no quería dejarme ir pero era necesario.

—Si realmente quieres cortejarme debes hacerlo de la forma correcta.

Tengo varios pretendientes y quiero tomarme con calma el escoger al correcto.

Decir aquello me dolió y en los ojos de Dom vi dolor. Aunque ya entendería no me gustaba hacerlo sentir así. En especial cuando ni siquiera era cierto.Por otro lado papá se veía feliz, el muy idiota pensaba que yo seguía siendo tan ingenua. Así que Dominic solo nos observó marcharnos.

—¿Dominic no te hizo nada?

—No. Salvarme quizás pero aparte de eso nada. Me dejó en claro que quería cortejarme y como escuchaste, le dije que lo haga de forma correcta. En el día de hoy una virgen vale mucho y creo que mereces una buena dote. Has sido un buen papá. Te tocó hacerle cargo de mí cuando mamá nos traicionó. Si no te molesta quisiera dormirme mientras vamos a casa. La cabeza me duele mucho.

—Descansa cariño.

En casa de Dominic las cosas no iban muy bien. Después de que reventó los vasos que tenía a mano su amigo entró a calmarlo.

—Dom….ella escuchó todo. Pero está fingiendo para poder ir a su casa y recoger las cosas de su madre.

—Nunca consideré que su actuación fuese real. Pero te ha engañado mi amigo. Ella no ha ido por las cosas de su mamá. Fue para buscar información sobre la desaparición de mis padres.—Santa mierda…

—Cuando la vea pienso surrarle el culo. No va a poder sentarse durante una semana.

Llegamos a casa una hora después, subí a mi habitación y descansé el resto del día. Le dije a mi padre que quería tomarme algunos días de la universidad y que si podía asignar más seguridad me sentiría mejor. Aquello pareció encantarle pues garantizaba que Dom no podía acercarse. Le dije que como el sujeto que me había atacado seguía libre tenía miedo. Esa misma semana me dijo que estaba por salir de viaje a Bahamas y que me dejaba en casa con la nueva escolta, quienes me seguían a todo lado salvo el baño y actué como si aquello me diera paz.

Al segundo día de ausencia de papá, arrojé por accidente un vaso de agua en mi computadora. Le dije al guardia que necesitaba usar la computadora de papá. Como no tenía nada prohibido mientras estuviera en casa me acompañó al despacho. Llamé a papá para preparar todo.

—Hola Pa.

—Terroncito…

—Tuve un accidente con mi computadora. Quiero pedir una nueva por internet, pero la compu está en tu despacho. Como el guardaespaldas me acompaña a todo lado pues me quedé dudando de si dejarle entrar tu despacho o pedirle que espere fuera.

—Eres la única que puede entrar ahí. Dile que se quede en la puerta.

—Papa, ¿recuerdas que te pedí guardar en tu caja fuerte, las fotos que tenía con mi madre?

—Ahí están. Ignoro porqué las mantienes ahí.

— ¿Puedo sacarlas? Se que fue una mala madre, pero quiero verla. He aceptado que debo casarme pronto y no lo sé, es como si debiese hablar con ella. Quiero asumir la cabeza de tus negocios.

— ¿Y ese cambio?

—Dominic. La forma en que me salvó, el terror que le tienen. La gente me ve como un eslabón débil en tu familia. Una única descendiente que no sabe siquiera disparar un arma. Quiero despedirme de mamá y empezar a prepararme.

—Regreso en tres días. Busca lo que necesites en la caja y prepárate. Empezaremos con las lecciones cuando llegue.

Sabía que el único lugar sin monitoreo de cámaras era la caja fuerte. Por eso pude revisar con calma. Había varios papeles de negocios y en el fondo una cajita negra. Ahí estaba la llave que necesitaba.

Eso llevaba a un casillero en la oficina postal. Hace unos años cuando descubrí que papa tenía ese casillero, le pedí a Lucía que se abriera uno. Ella me entregó la llave y al compararla con la de papá descubrí que eran idénticas. Una llave que no tenía número ni nada. En caso de que alguien la robara no tendría forma de saber a qué pertenece. Y en aquel momento intercambié ambas llaves.  Saqué las fotos de mamá y me senté en el escritorio de papá. Era hora de ser buena actriz. Papá ignoraba que estaba al tanto de los micrófonos en todas las áreas de la casa.

—Mamá, me gustaría que estuvieses acá. Papá lo hace bien …o al menos lo intenta. Estoy por escoger esposo y me va a hacer falta tenerte ese día, no tendré una mamá que me ayude a escoger mi vestido. Papá me guardó estás fotos por años, pero sé que debo dejarte ir.

He de decir que, aunque era todo actuado para lograr que papá no sospechara, las palabras eran ciertas.

Las siguientes semanas pasaron volando. Tuve clases de defensa personal. Al final después de dos clases descubrí que disparar no era lo mío. Papá pensó que era más el peligro para otros y para mí misma.

Las cosas parecían ir bien hasta que una mañana papá entró hecho una furia y me golpeó. Aparentemente Dominic estaba bloqueando todos sus negocios. Y desde ese día, los golpes iban y venían más fuerte. Ya papá estaba casi en la ruina y los demás sabían que aceptaba dinero por mi matrimonio de todos a la vez.

—Mi cabeza tiene precio hija. Me dicen que nadie piensa tocarte porque eres de Dominic, pero a mi quieren matarme.

—Lo hiciste todo mal papá.

—Debo irme algunas horas. Ya hablaremos cuando regrese.

Pero papá ignoraba que sabía todo. No solo la verdad sobre los papás de Dominic sino sobre verdades de la familia.

Las siguientes dos semanas todo empeoró. Papá bebía licor todo el día. Ya no había ni siquiera comida en el refrigerador y los empleados se marcharon. Éramos él y yo nada más. Algunos días después y aprovechando que estaba inconsciente por el licor Lucía vino de visita y se llevó la llave. Regresó unas horas después y me entregó todo. Estaba no solo lo que Dominic necesitaba sino claves de los archivos encriptados de papá.

—Debes irte de aquí.

—Lo sé, mañana mismo salgo de acá. No le avises a Dom. Vendrá por mí y no quiero que papá le dispare. No digo que ganaría, pero me aterra que exista una oportunidad.

Sabía que aquello que planeaba hacer me traería problemas, dolorosos en su mayoría, pero no podía dejar que papá se saliera con la suya. Papá salió con algunos de los que aún estaban de su lado. Así que ingresé con sigilo a la biblioteca, abrí la gaveta del escritorio usando las llaves que tomé de la habitación de papá y saqué unos planos. No vi por allí copias de los mismos y como no podía perder tiempo revisando la portátil la empaque también.

Para cuando papá notara la ausencia de las llaves ya estaría lejos de allí. Mi carro estaba lleno de combustible y estaba lista para ir a casa de Dominic. Acababa de salir cuando papá apareció bloqueándome el paso, por suerte todo lo importante iba en la cajuela del coche. Venía directo a mí, estaba tan tensa que no podía cerrar a ventana.

Nunca antes había estado tan asustada y si no lograba salir de allí las cosas acabarían mal. Me sacó del auto mientras me sujetaba del cuello, estaba realmente furioso.

—Dame las cosas.

—Ya no las tengo.

—Te vi sacar todo hija, tengo cámaras de seguridad que envían a mi celular lo que sucede en mi oficina.

—Revisa el auto si quieres, un mensajero ha venido por todo hace unos minutos.

—Maldita idiota….

Me tiró contra la parte delantera del auto. Luego sujetó mi cabeza y la azotó contra las latas. Si no se detenía perdería la consciencia.

—Golpéame lo que quieras, pero si en diez minutos no llego a mi destino, la policía vendrá.

—Estás mintiendo.

—¿Piensas arriesgarte?

—No pueden probarme nada….

—Tienen tu computadora, te recomiendo no perder tiempo y abandonar la ciudad.

—Volveré por ti pequeña bruja….

Diez minutos más tarde aun temblaba de la impresión y revisaba el espejo retrovisor esperando verle allí, siguiéndome. Pero lo que sea que estuviese en ese computador era lo suficientemente peligroso para que él huyese. Ni siquiera revisó el auto, cosa no muy inteligente pero que agradecía infinitamente a Dios.

Aparqué frente a la casa de Dominic. Esperaba que me recibiera, pero teníamos semanas de no hablar y quizás sus sentimientos eran otros. Apenas pude dar dos pasos, estaba realmente mareada. Uno de los guardias se acercó a mí horrorizado. Me conocía de cuando estuve ahí unas semanas antes.

— ¿Señorita, ha tenido un accidente?

—Algo así, necesito a Dominic.

El guardia no me quería dejar ahí, así que me levantó en brazos y corrió dentro de la casa. Una de las empleadas de Dom haba ido a buscarlo. Dom estaba trabajando cuando la empleada llamó a su puerta.

—Jefe…

—Les he pedido que no me molesten.

—La joven Claudia viene muy mal herida. Uno de los hombres que cuidan la entrada la trae en brazos.

—Busca un botiquín y llévalo a mi habitación.


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