La obsesión de la mente humana: Novela de ajedrez (Stefan Zweig)

La obsesión de la mente humana: Novela de ajedrez (Stefan Zweig).

El segundo libro de Stefan Zweig que cayó en mis manos fue Novela de ajedrez. Después de haber leído y disfrutado de su ensayo de Historia, Momentos estelares de la humanidad, no dudé en hacerme con una de sus obras de ficción. De Novela de ajedrez dicen que es su mejor obra. No sé si estoy en disposición de decir eso porque no he leído todas sus obras. De lo que estoy seguro es que es una de esas novelas que siempre acabaré recomendando a cualquiera.

Novela de ajedrez es una novela sencilla. Es directa. No tiene capítulos. Tiene pocos personajes y un único escenario. Está contada desde el punto de vista del narrador, que participa como espectador de los acontecimientos que se van sucediendo. Todo ocurre en un barco durante una travesía desde Nueva York hasta Buenos Aires. En el viaje dos personajes, los que podríamos definir como protagonistas, se enfrentarán en una partida de ajedrez. Esos dos personajes esconden sus propias historias, diferentes en muchos aspectos, pero con algo en común, el ajedrez.

Stefan Zweig fue un amante del juego del ajedrez y también alguien muy influenciado por los acontecimientos de su época. La novela fue escrita en 1941. Zweig fue un judío austríaco que huyó de Europa mucho antes de que el nazismo iniciará su plan. Intuía hacia donde se podía dirigir todo aquello que estaba sucediendo en Alemania y quiso poner tierra de por medio. Pero nunca logró superar esa angustia y tomó una decisión trágica, el suicidio. Creyó ver que no habría escapatoria para la barbarie y se quitó la vida junto a su esposa en Brasil donde vivió sus últimos momentos.

En esta obra se puede entrever mucho de lo que atormentaba a Zweig en aquellos años finales. Es su visión del tormento que produce la obsesión en cualquier persona. Y es también el indicio que podía tener sobre los mecanismos que usaba el nazismo para doblegar a sus víctimas. Los dos personajes protagonistas son antagónicos. Uno es un humilde joven, con muchas carencias intelectuales y sociales, que logra desarrollar habilidades para jugar al ajedrez y que se convierte en campeón del mundo. El otro es un hombre misterioso, del que poco se sabe al principio, pero que luego desvela sus orígenes y su relación obsesiva con el juego del ajedrez. En la obsesión de este personaje puede estar la clave de la historia. Tal vez Zweig se identificara con él, y no sólo porque lo crea con algunas características similares así mismo (es austríaco y de familia acomodada).

A lo largo de esta historia nos podemos hacer una idea de la maestría de Zweig para narrar. Como muchas de sus novelas que he tenido la oportunidad de leer, no divide la narración en capítulos si no que es algo continuo y directo. Y eso hace que la lectura fluya de una manera instantánea. Las menos de cien páginas no solo indican cierta brevedad, es que se lee con una rapidez increíble. Y aunque esto podría parecer que estamos ante una historia simple, no lo es. Es como si hiciera un sencillo y breve retrato de una época que él vivió con extremada sensibilidad. Aquí creo que hay muchos de sus miedos, como posiblemente sea la obsesión del personaje misterioso (quien sabe si es un reflejo de la depresión que sufría durante sus últimos años de vida). Pero también existe la denuncia hacia lo que el nazismo y el fascismo estaba haciendo en Europa (y esta es una parte en la que prefiero no profundizar porque es algo que es mejor que descubra el lector).

Novela de ajedrez es probablemente la primera obra de Stefan Zweig que me viene a la mente cuando pienso en su bibliografía. Es una novela llena de intriga que entre sus muchas virtudes tiene la de atrapar desde las primeras páginas. Y esto es algo que se suele decir de muchas novelas. Algo así como un tópico que se dice cuando no se sabe muy bien que decir sobre un libro. Pero es que aquí es algo cierto porque no podría entender como alguien no quisiera saber más acerca de las habilidades ajedrecistas de ese hombre misterioso.