Desde ayer no hago más que ver a mi alrededor a cada vez más hombres obsesionados por disfrazarse de Niño Jesús estas navidades.
Hasta ahora, podía más o menos entender la afición del personal por colocarse unas horripilantes barbas postizas, unas coronas por lo general más pequeñas que el entorno de sus cabezas y unas capas raídas que les daban un aire como a rey de la baraja tras la despedida de soltero de la sota de copas…
Hasta ahora podía entender esa afición con el manido argumento de que no hay nada más bello que la sonrisa de un niño, etcétera… ¿Pero hacer de Niño Jesús?...
Eso supone, a saber:
1.- Depilarte todo el cuerpo
2.- Vestirte con tan solo un escueto paño blanco a la altura de donde más se encoge con el frío (y recordemos que se acerca el invierno)
3.- Rodearte, en ese estado de indefensión, de dos animales tan impredecibles como una mula y un buey.
4.- Tumbarte en un pequeño lecho de paja. Con la espalda desnuda, recuerda…
En fin, que no entendía yo esa reciente obsesión por hacer de Niño Jesús. Y no lo entendía hasta esta mañana, que he leído esto en un diario: “La actriz y modelo Pamela Anderson será la Virgen María en un especial de Navidad del canal privado de la televisión canadiense CTV”.
Y a la vista de la cola de gente que hay ya apuntada para hacer de Niño Jesús, voy a ver si todavía estoy a tiempo de encontrar un disfraz de paloma de la Anunciación.
"Mejorando lo presente" es un sección de Eduardo Cruz Acillona para Abracadabra