Mi hijo mayor (Facu) tiene casi 14 años y hace siete u ocho años habían veces que como todo niño no quería ir a la escuela y por lo general lo convencíamos o terminaba yendo medio a prepo, pero siempre terminaba en la escuela. Hasta que un día de esos, que no quería ir, se me ocurre sentarlo conmigo en la computadora y mostrarle fotos de niños yendo a la escuela en países en donde muchas veces ir a la escuela es como mínimo una gran aventura y muy peligrosa por los obstáculos con los que se encuentran los escolares para llegar con sus maestros.
Son imágenes que la mayoría de nosotros hemos visto, pero para un niño de cinco o seis años como el tenía en esa época eran inéditas y le llegaron más de lo que me imaginaba a tal punto que hoy con más de 13 años se acuerda de aquel día e igual que aquel día le siguen disgustando (por suerte). Una de las cosas que más le llamó la atención es que en muchas de las fotografías los niños parecían divertirse con las peripecias que para él (para mi también) le resultaban una autentica locura.
De todas formas después de un par de meses volvió con la idea de no ir a la escuela, pero con la madre le recordábamos las fotos de aquel día y a veces funcionaba y otras no. Pero incluso cuando no funcionaba se le notaba la preocupación en la cara por aquellas fotografías, hasta llegaba a preguntarme si eran de verdad.
No hay nada más gratificante para un padre que darle todo a nuestros hijos, pero también es tan importante hacerles ver lo afortunados que son, lo que cuesta conseguir las cosas, que aprecien lo que tienen, aunque solo sea el viajar cómodos a la escuela y sobretodo que sientan empatía hacia los demás.
Estas son algunas de las imágenes que vimos con Facuaquel día y otras más.