Ulises se reencuentra con su hijo Telémaco, Henri-Lucien Doucet, 1880
Díganos, Barbusse: ¿Por qué una lectura de la Odisea ahora, en pleno siglo XXI?
La principal razón es que es uno de mis libros preferidos de todos los tiempos y, antes de que este blog sea algo del pasado, quería hacer una lectura colectiva y participativa de un relato de aventuras que me ha dado siempre que he vuelto a él una gran satisfacción. Por otro lado, la Odisea es la quintaesencia de nuestra civilización, además de un monumento de nuestra patrimonio intelectual. Razones sobran, como ve. Podríamos estar aquí hasta la tarde hablando del por qué.¿Qué hay en esta obra que le guste tanto?
No sabría concretarle. Cuando algo te gusta, no es fácil decir por qué. ¿O usted sabe explicarme por qué le gusta una chica o un chico cuando lo ve por la calle, o una catedral lombarda o la partita para violín de la chacona de Bach? La belleza se percibe, se reconoce pero no se explica.
Al hilo de esto, dijo usted que leer la Odisea en prosa era como escuchar la música de Bach interpretada con una guitarra eléctrica. Y alguien le contestó que Bach era tan bueno que sonaba bien hasta tocado con una zambomba.
Y es verdad, así se lo reconocí. Hay talento tan inamovible, tan inalienable, que da igual lo que hagas con él. Resulta indestructible, no hay manera de vulgarizarlo por más que te empeñes. Es un misterio. Y esto pasa con Homero. Pero otra cosa es el tema de la traducción, que es importante, sobre todo porque la Odisea es un poema, no lo olvidemos. Homero escribía versos, versos que tienen un ritmo determinado, una cadencia y una musicalidad. Y eso en una versión en prosa se pierde parcial o totalmente.
¿Por qué no ha planteado esta Lectura como un Otoño Barbusse, como acostumbra a hacer para estudiar en profundidad a un autor?
Porque la Odisea es pura aventura, puro disfrute. Supone entrar en un mundo paralelo fascinante y esto se prestaba a un acercamiento más libre, menos "académico" que el que permite un Otoño literario. Además porque el material gráfico que ha generado esta obra a lo largo de los siglos es inmenso (pintura, dibujo, ilustración, grabado, cine, incluso videojuegos), lo que justificaba plenamente una lectura gráfica, tal como la que hicimos del Quijote.
¿No es un poco atrevido plantear una lectura de un poema que se escribió hace tres mil años?
Sí que lo es. Pero hay que arriesgar. Es necesario que un lector conozca lo que merece la pena. Que distinga las voces de los ecos. Otra cosa es que llegue a conectar con la obra o no, le llegue a gustar o no, pero al menos debería darse la oportunidad. Yo solamente señalo, luego ya que cada uno haga lo que quiera: seguir, abandonar, incluso irse a Bélgica, que ahora está muy de moda.
¿Es la Odisea una obra difícil?
Su dificultad, si es que existe, no es de lectura, sino de contexto. Como lectores tenemos que cambiar el chip, saber que vamos a vivir durante unas semanas en un mundo donde los dioses regían el destino de los hombres y están constantemente presentes en sus vidas y aconteceres cotidianos, donde la heroicidad es el más alto valor humano, donde se da por supuesto que conocemos multitud de mitos o hechos míticos, como la guerra de Troya, que marcó un antes y un después en nuestra cultura. Por tanto, no podemos pretender irnos tres siglos atrás y querer entrar así sin esa advertencia previa. Pero poco más, la lectura fluirá, como fluía en los oídos de los que escuchaban al anciano aedo Homero hace miles de años. Fíjese si es así, que la Odisea es una de la obras que más se han adaptado para ser leídas por los niños, y que éstos más han disfrutado. Y los niños son los lectores más exigentes, no lo olvidemos.
Barbusse prepara actividades en pleno bosque
¿Se corre el riesgo de que los lectores le digan que ese mundo no se parece en nada a la realidad?Pero ¿qué es exactamente la realidad? La realidad objetiva, como si fuera algo que existe ahí fuera de nosotros, es un concepto ya muy superado. Cada uno percibe lo de ahí fuera de manera muy distinta, según su mente, su consciencia. Lo expresó de manera muy gráfica William Blake: "No doy más crédito a mis ojos que al cristal de una ventana. Yo no miro con el cristal, sino a través de él." Así que cuanta más rica y nutrida esté nuestra mente, más rica y nutrida es la percepción de esa realidad.
¿Cómo va a plantear esta lectura ilustrada?
Vamos a ir poco a poco. Leeremos un par de cantos, tres a los sumo, cada semana. En total la lectura se desarrollará en diez semanas. Comenzamos a leer el 26 de febrero y cada lunes a partir del 5 de marzo se propondrá una actividad en el blog, fundamentalmente basada en imágenes. La actividad se acompañará de alguna ficha explicativa que aborde aspectos mitológicos, sociales, etc., y se hará también alguna pregunta (optativa) en Twitter. Previamente, en esta misma semana, a todos los inscritos les voy a proporcionar (por si quieren usarlos) una serie de materiales que les van a servir de introducción al universo de Homero. También les recomendaré que vean un breve vídeo de RTVE sobre los héroes griegos, muy bien realizado.
¿Hay ya muchos inscritos? ¿Cómo están respondiendo sus seguidores?
Hay ya unos 20 participantes inscritos o en proceso de inscripción. Algunos están esperando conseguir el libro para mandarme la foto que se pide como requisito. Otros ya han mandado fotos, algunas muy bonitas. Me encantan aquellas en las que los lectores salen acompañados de sus pequeños Telémacos o Penélopes, que no han querido perderse esa especie de juego. Le confieso que sólo por recibir fotos o mensajes como los que estoy recibiendo, ya merece la pena todo el trabajo que hay detrás de esta Lectura.
Para terminar, dígame, ¿cómo se explica que un poema compuesto en el siglo VIII a.C. se siga leyendo con placer e interés hoy día?
Pues porque habla de nosotros, de nuestra esencia. Habla de nuestras inquietudes, de nuestros deseos e insatisfacciones, de nuestros afectos. Y eso es eterno, no cambia. La Odisea es un canto a la aventura pero, sobre todo, al regreso, a la vuelta a casa, al origen. A aquello que nos explica y verdaderamente nos conmueve. A lo que hondamente somos. Como Ulises, todos atravesamos rutas, años, experiencias, conocimientos, relaciones, pero lo verdaderamente importante, el meollo de la cuestión estaba ya en la casilla de salida, que es donde teníamos a mano la verdad, la explicación de todo. Por eso nos emociona tanto mirar atrás, porque allí está nuestra esencia. Lo que pasa es que hay que hacer un largo viaje para llegar al principio. Se lo dice Ulises a Alcínoo en un momento de la obra: "Porque nada es más dulce que el propio país y los padres, aunque alguien habite una rica, opulenta morada en extraña región, sin estar con los suyos".