Revista Opinión

La odontopediatría

Publicado el 02 junio 2019 por Carlosgu82

He escrito este artículo solo como una aproximación al tema de la odontopediatría. Siempre es más aconsejable la opinión de un doctor o de un profesional de este campo. Solo he querido dar una visión general y ayudar un poco con los procedimientos de tratamiento dental. Toda corrección u opinión será bienvenida.

Cuando tratamos de explicar un término, siempre nos podemos encontrar con un sinfín de narraciones acerca de su significado. Un ejemplo es la palabra «personalidad» en el ámbito de la psicología, y por ende, se extiende a todos los campos que podamos analizar.

Por lo tanto, la odontopediatría está sujeta a varias interpretaciones. Según las palabras de Elena White, una escritora de religión adventista: no debemos nunca deificar la razón en ningún ámbito. Está sujeta a las variabiiidades humanas. Por consiguiente trataré de aproximar su verdadero sentido: la odontopediatría es una disciplina científica, una rama de la odontología que se ocupa del tratamiento de los problemas del sistema estomatológico de los niños.

Se extiende a los adolescentes. Es misión de los padres o tutores velar por la buena salud bucal de sus hijos desde edades tempranas hasta la adolescencia, cuando se empieza a tener mejor capacidad de juicio y autonomía.
Como norma general se establece que la edad pediátrica está oficialmente fijada hasta los 14 años.
Debemos referirnos siempre, ya sea para problemas bucales o de otro tipo, a la neonatología, que es la encargada de promover la salud del recién nacido, el estudio clínico, el diagnóstico, el tratamiento y la investigación de sus enfermedades. Se interpreta que el término «recién nacido» son los 28 primeros días de vida de una persona.

Odontopediatría infantil.
-Los niños.
Es consejo general que se tome la leche materna hasta los seis meses de vida. Deben de tenerse en cuenta una serie de consejos generales para sus primeros años en orden a preservar la buena salud bucal del niño:
Su primera visita al odontopediatra deberá realizarse cuando le hayan salido sus primeras veinte piezas temporales.
Ora el odontopediatra, ora el pediatra, nos aconsejarán sobre el uso del flúor. Por norma general no se debe usar pasta dental con flúor hasta los dos o tres años, puesto que conllevarán riesgo de fluorosis.
Es estos estadios de la edad temprana del niño cuando se deben extremar las precauciones. De esta manera se evitarán también futuras consecuencias, por ejemplo, úlceras o aftas.
De esta manera, podemos considerar la importancia del flúor: A finales del siglo XX ya se intuía el papel beneficioso del flúor en la prevención de la caries dental. Se ha demostrado que si el agua de bebida contuviera una parte de millón por flúor y ésta fuera consumida durante la etapa de formación dentaria, los infantes que consumieran este agua tendrían un 50 por ciento menos de caries dental que los que bebieran un agua de bebida sin flúor.
La importancia del flúor es crucial en el cuidado de los niños. El odontopediatra y el pediatra deben decidir sobre la cantidad de flúor sistémico (que alcanza el torrente sanguíneo).
La caries dental se puede producir por las bacterias cariogénicas, las placas bacterianas, los azúcares en la dieta, las zonas de estancamiento y por tejidos dentales susceptibles.

ODONTOPEDIATRÍA EN BEBÉS.

UN ANTES Y UN DESPUÉS.
Existen profesionales de la salud que tratan la teratogénesis, que describe que se pueden producir ciertas malformaciones en el feto durante el periodo de la gestación. De ahí la importancia de que la madre extreme también el cuidado de su propia salud (aunque la genética pueda traicionarla).
Así pues, el cuidado de los dientes del bebé se inicia durante la gestación y es muy importante que la madre se alimente lo mejor posible y sea prudente en el uso de antibióticos. En general se debe evitar el consumo de dulces, ya sean caramelos, pasteles, azúcar, que contribuyen a formar placa bacteriana y termina produciendo caries.
Se debe estar atento a los niños menores de seis años cuando se cepillan los dientes. La cantidad de dentífrico fluorado para cepillar los dientes de un niño pequeño debe ser similar al tamaño de un guisante.

LECHE MATERNA
BIBERONES Y TETINAS
Cuando no podemos valernos de la alimentación materna podemos recurrir al uso de biberones, que son botellas pequeñas, bien de cristal, bien de plástico, con una tetina de goma elástica para la succión de la leche.
El biberón debe ser atóxico, inodoro, transparente, graduado, con la capacidad ideal para las necesidades nutritivas del niño; debe ser esterilizable, ligero, que soporte bien los golpes y que se pueda limpiar fácilmente.
La tetina sustituye al pezón materno en la alimentación artificial del lactante. Están formadas por silicona y látex.
Las tetinas presentan dos formas: tradicional , fabricadas en varias medidas y tamaños. Las tetinas de forma tradicional llevan incorporadas unas válvulas que evitan la toma de aire, que podría producir en el bebé aerofagia, hipo, vómitos y otras alteraciones.
Las tetinas de forma anatómica imitan al pezón materno, lo que hace que el paladar tenga mejor formación y por lo mismo, la mandíbula. También hacen que haya un mayor ensanchamiento de las fosas nasales para aumentar la capacidad respiratoria.
Además existen tetinas especiales para niños con el labio leporino o fisuras en el paladar.
Por lo general, las tetinas deben ser:
Para los bebés de 0 a 4 y 6 meses. Se deben usar las tetinas más blandas y pequeñas, parecidas a las fisiológicas.
Para lactantes de 4 a 6 meses y hasta 12 meses se requieren tetinas más grandes y adecuadas a cómo está desarrollada la cavidad bucal.
Para los niños de 12 meses en adelante se aconsejan las que permiten mayor entrada de alimento.
Existen también tetinas especiales para niños prematuros o de bajo peso. Son tetinas muy pequeñas, de forma anatómica, de látex y consistencia blanda.
COSAS A TENER EN CUENTA.
La salud del bebé.
Además de los aspectos mencionados, la higiene bucal, las visitas ordenadas al odontopediatra y al pediatra, hay otros elementos en el cuidado del bebé, por ejemplo, los chupetes y los mordedores.
Los chupetes deben estar fabricados en materiales plásticos y elastómeros; y deben atenerse a la reglamentación en vigor para materiales poliméricos. (Un polímero son «varias partes»).
Los mordedores se utilizan cuando aparecen los primeros dientes. Deben estar formados con materiales atóxicos. Calman la necesidad de morder que tiene el niño en sus primeras etapas de la dentición. Pueden ser mordedores tradicionales y refrigerables. Los refrigerables están dotados de una cavidad de agua destilada, que al enfriarse en la nevera producen en la encía del niño una sensación de alivio. No se deben congelar. Y necesitan esterilizarse periódicamente.
Pulpotomía.
Dientes de leche.
La pulpotomía se realiza en dientes de leche, no en dientes definitivos. Su fin primordial es mantener la pulpa de las raíces sana. No es dolorosa puesto que siempre se realiza con anestesia.
Por todo ello, la buena consideración de lo antes expuesto, puede ayudarnos a evitar estos problemas.
Me he extendido un poco en el artículo, pero el amable lector sabrá disculpar e interpretar la buena inteción.


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