Manifestación en Berlín bajo el lema "Merkel tiene que irse". (Archivo) FOTO: C. Negrete
El aumento de la violencia de la extrema derecha durante 2015 y 2016 recuerda a las olas racistas de los 90 tras la reunificación. La división de la sociedad alemana es cada vez más patente. Mientras decenas de miles de alemanes trabajan como voluntarios para ayudar a los refugiados, la extrema derecha ha aumentado el número y la dureza de los ataques tanto verbales como físicos, no solo contra solicitantes de asilo, sino también contra políticas, sindicalistas o activistas de izquierdas. He hablado con dos víctimas de sendos atentados.Sigue leyendo en eldiario.es