Revista Salud y Bienestar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se plantea la necesidad de emprender reformas de gran alcance a nivel administrativo, presupuestario y programático orientadas a redefinir sus deberes y responsabilidades y a determinar en qué medida debe garantizar que su trabajo tenga un impacto real en los resultados sanitarios. Así lo ha anunciado la directora general de la OMS, Margaret Chan, en la 128 reunión de este organismo, celebrada en Ginebra (Suiza), donde dijo que no va a tomar decisiones por su cuenta para hacer estos cambios, pues su intención es escuchar las sugerencias de los estados miembros el próximo miércoles.Reconoce que, en salud pública, las demandas dirigidas a la OMS y a los países son ya abrumadoras. Sólo en 2009, Vietnam recibió más de 400 misiones enviadas por donantes para examinar proyectos de salud o el sector de la salud, indica.
Otro problema es que muchas de las actividades básicas de la OMS son, en gran parte invisibles, pues es difícil medir sus efectos. Los donantes están impacientes. Quieren resultados rápidos, bien visibles y medibles; los países dependen de la OMS para hacer ese trabajo, pero la financiación es insuficiente .Para Chan, 2010 ha sido rico en acontecimientos para la salud pública, que atraviesa un buen momento. Sin embargo, muchas organizaciones activas en el campo de la salud mundial, como el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, la Alianza GAVI y la propia OMS, afrontan actualmente graves problemas de financiación.Entre estos acontecimientos, la responsable de la OMS destaca la declaración, en agosto, del fin de la pandemia por gripe A/H1N1. Reconoce que, en algunos casos, persuadir al público de la necesidad de vacunarse es ahora más difícil incluso que durante la pandemia y admite que el problema de la desconfianza del público no se limita en absoluto a las vacunas antigripales.
Un Comité de Examen, creado de conformidad con el Reglamento Sanitario Internacional (2005), analiza la actuación de la OMS durante la pandemia, así como una evaluación del funcionamiento general del Reglamento Sanitario Internacional. Presentarán su informe a la Asamblea de la Salud.Un evento de alcance mundial como la pandemia por H1N1 (2009) pone de relieve las deficiencias de los servicios de salud y las inequidades en el acceso a productos básicos. Esto es un motivo de preocupación permanente, añade. Considera que las estrategias y planes nacionales de salud son una alternativa para lograr una mejor convergencia con las prioridades nacionales y reducir parte de las demandas, la duplicación y la fragmentación. No obstante, para respaldar ese enfoque, hay que introducir cambios en el funcionamiento de las oficinas de la OMS en los países y en la manera de contratar y formar a su personal.
También debe cambiar el comportamiento de los asociados y donantes en sus actividades de apoyo al desarrollo sanitario en los países, añade. Otra opción es ejercer un firme liderazgo técnico por parte de la OMS, pero no puede asumir el mismo tipo de liderazgo de alto protagonismo y alto impacto en todas las áreas de trabajo, por lo que, en algunas áreas, su función debe ser la propia de un ente de vigilancia, con el apoyo de nuestra función constitucional de seguimiento de las tendencias y los determinantes de la salud.
**Publicado en "El Médico Interactivo"
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