En los últimos años, la mayor entidad sanitaria del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha ido “privatizándose”. Hasta el punto de que la mayor parte de su financiación corre a cargo hoy de la industria farmacéutica y de donantes privados. El que más aporta con mucha diferencia es Bill Gates, el dueño de la multinacional de la informática Microsoft, a través de la Fundación Bill & Melinda Gates que comparte con su mujer. Analizamos algunos porqués.
Llevamos unos años advirtiendo junto con el economista colombiano Germán Velásquez, que dirigió durante más de 20 años del Secretariado para la Salud Pública, la Innovación y la Propiedad Intelectual, una de las áreas más importantes de la OMS, cómo dicha institución mundial ha ido “privatizándose”.
La OMS se deshace entre conflictos de interés con Big Pharma y desorden interno.
La Cadena SER ha publicado lo que pagan los laboratorios a la OMS:
Las cuatro farmas que más contribuyen a financiar la OMS son GlaxoSmithKline, Novartis, Sanofi Pasteur y Merck, por cierto que son los principales fabricantes de vacunas. En total, 90 millones de dólares en donaciones de las grandes farmacéuticas.
Velásquez en el Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid en la que es Honoris causa.
Aunque sus estatutos recogen que el dinero para financiarla ha de provenir de los gobiernos que la componen, ahora son entidades privadas las que están aportado la mayor cantidad del dinero de los fondos de la OMS.
Desde su origen, los 194 estados que pertenecen a la OMS aportan una cuota fija -que se calcula en base al nivel de riqueza y su población-, el problema es que esa aportación obligatoria “se ha reducido desde hace varios años”, según admiten fuentes de la OMS.
Ayer, en una entrevista de la SER explicaba que
la OMS, desafortunadamente, está en un proceso acelerado de privatización. Está entrando en una situación de conflictos, está dejando de tener el rol que jugó siempre, y para el cual fue fundada, el árbitro mundial de la salud pública“.
Tras ello charlamos un rato. Por encima de todos los donantes privados destaca uno, prácticamente nadie le supera, sus cifras son inalcanzables, es la citada Fundación Bill & Melinda Gates. La entidad del magnate de la comunicaciones fue la que más aportó en 2015: 185 millones de dólares; 95 veces más que España.
¿Estas donaciones condicionan la independencia de la OMS a la hora de tomar decisiones? Para Velásquez:
Absolutamente. Un ejemplo, el 90% del Programa de Medicamentos (que dirigió el economista de Colombia) ahora está financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, están dando el dinero solo para los asuntos que le interesa a Bill Gates, de tal manera, que el programa solo se centra en los proyectos para los que tiene dinero, el resto se queda sobre el papel. Por ejemplo, ya no se trabaja nada sobre el programa de uso racional de los medicamentos”.
Es que si los fármacos se usasen de manera racional en todo el mundo Big pharma sería Small pharma (y la salud pública ganaría mucho). Hay que saber que las “donaciones” se hacen en concepto de “contribuciones voluntarias especificadas” (los donantes son quienes autorizan qué programas concretos pueden ser financiados con su dinero). La OMS pues hace lo que mandan los que aportan el dinero.
El objetivo de las farmacéuticas al financiar a la OMS es claro pero ¿qué busca Gates con su “filantropía”?
Se supone que dona dinero para la compra de vacunas y que se apliquen en países empobrecidos, en teoría un fin loable. Sin embargo, como me comenta Germán, hay que recordar varias cosas:
1) En el momento en que se crea la fundación B&M Gates, Bill estaba acusado en Estados Unidos del fraude más grande de la historia en términos de violación de las leyes sobre la competencia y un juez afirmaba que Microsoft monopoliza los sistema operativos de los ordenadores personales. Su primer objetivo al financiar la OMS (brillantemente logrado) era “lavar” su nombre.
No es algo original, hacen así como suelen hacer otras fundaciones creadas por apellidos como Rockefeller, acusados entre otras muchas cosas de destruir el medio ambiente de EE.UU. con la extracción salvaje del petróleo. La Fundación Rockefeller, Save the Children, Unicef y la Organización Mundial de la Salud lanzaron el año pasado el programa Cobertura Universal de la Salud.
2) Varios estudios demuestran que debido al sistema fiscal de EE.UU., “dar” dinero puede ser una operación rentable en la medida que se puede deducir de los impuestos la misma. Las fundaciones tiene una fiscalidad muy favorable.
3) Cuando Gates da generosamente su dinero a la OMS es él quien, como hemos señalado, fija el destino y la utilización de esos fondos, lo que quiere decir que es el quien reordena las prioridades de una agencia pública.
Donde antes había un “problema” para los intereses corporativos, un programa que favorecía el buen uso de los medicamentos, ahora no lo hay (un abuso de los fármacos es, como contaba, un problema de salud pública pero también es algo muy rentable para quienes venden tratamientos).
4) Los dineros del señor Gates y de su fundación, están invertidos en empresas no siempre un modelo para la salud pública, el desarrollo sostenible y el cuidado ambiental. Cuando la Fundación Bill & Melinda Gates invierte en la megaconstructora española FCC (hace poco han vendido sus acciones) no creo que lo haga porque esta se haya destacado por hacer casas para personas desfavorecidas.
Velásquez va más allá y me cuenta que algunos dineros destinados por esta fundación a la compra de vacunas son vacunas de empresas donde Gates tiene intereses financieros…
Lo que es seguro es que hay estudios que cuestionan la influencia de las citadas fundaciones y destacan sus conexiones con la industria farmacológica y biotecnológica.
La Fundación de Gates invierte en compañías tan cuestionadas por sus daños a la salud pública y la ecología como Bayer y Monsanto.