El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el lunes por unanimidad una nueva misión en Colombia para ayudar a unos 10.000 exrebeldes de las FARC al inmenso desafío de reintegrarse a la sociedad tras más de medio siglo de conflicto armado.
La misión política tendrá un período inicial de 12 meses y comenzará el 26 de septiembre, cuando finaliza la primera misión de la ONU a cargo de verificar la dejación de armas de los exguerrilleros en Colombia.
En esta nueva etapa, los principales desafíos son la integración exitosa de los excombatientes a la vida política y la aplicación de un sistema de justicia especial que incluye miles de amnistías para exguerrilleros, un asunto que se ha demorado y que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) consideran fundamental para lograr la paz.
“La etapa más dura está por delante. Una paz duradera y sostenible depende de la exitosa reincorporación de las FARC a la vida civil”, dijo en la sesión el diplomático británico Stephen Hickey, cuyo país presentó la resolución al Consejo a pedido de Bogotá.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos se congratuló rápidamente de la noticia. “Celebro la aprobación de la resolución que crea la segunda misión de la ONU que nos seguirá acompañando en el camino hacia la paz”, afirmó en su cuenta Twitter.
El embajador francés, François Delattre, dijo que su país otorgará a Colombia un paquete de ayuda y préstamos por 930 millones de dólares para apoyar el proceso.
El Consejo pidió al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que presente en agosto un informe sobre las preparaciones para la nueva misión que busca la “reincorporación política, económica y social de las FARC” y la implementación de “garantías de seguridad personal y colectiva” para sus integrantes, con precisiones sobre su tamaño y mandato.
“Colombia ha ofrecido un faro de esperanza al mundo. En demasiados lugares la guerra es la norma”, pero “en parte gracias a nuestros esfuerzos (…) Colombia ha mostrado que la paz es posible”, dijo Rycroft ante la canciller colombiana María Angela Holguín, presente en la sesión.
La canciller colombiana aseguró que Santos, que obtuvo el premio Nobel de la Paz en 2016 por sus negociaciones con la guerrilla, no descansará en su último año en el poder para implementar al acuerdo, y que confía en que gobiernos futuros le darán continuidad.
El desarrollo “en todas las regiones del país y en especial en el campo es nuestro principal reto”, dijo Holguín al Consejo en referencia a la zona del país que más ha sufrido el conflicto.
“Esperamos que la reintegración se inicie en los primeros días de agosto, una vez todo el proceso de amnistía llegue a su fin”, declaró la canciller a periodistas.
Holguín informó que Santos debe firmar este lunes un nuevo decreto que amnistiará a 2.000 excombatientes que están en las 26 zonas de concentración de las FARC para completar cerca de 6.000 amnistiados.
De los 3.100 combatientes en cárceles, “hemos completado 1.400 (…), faltan 1.700”, añadió. “Estamos cumpliendo y esperamos que a fines de este mes el tema de amnistía quede ya finalizado para empezar el proceso de reintegración”, indicó.
El acuerdo de paz prevé amnistías e indultos para los excombatientes presos o en libertad acusados de crímenes políticos.
Tras un histórico acuerdo de paz logrado luego de cuatro años de negociaciones en Cuba, los exrebeldes de las FARC completaron la dejación de sus armas individuales el 27 de junio. En unos dos meses culminará la entrega de armas en caletas, anticipó Holguín.
Una primera misión de la ONU verificó este proceso, que implicó la entrega de unas 7.000 armas por parte de los exguerrilleros luego de un conflicto que duró 53 años y dejó más de 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y más de siete millones de desplazados.
La guerrilla de las FARC es profundamente impopular en Colombia, donde es vista con recelo y desconfianza por parte de la población, pero ahora, de retorno a la vida civil, necesitará hacer acuerdos con otros partidos, formar coaliciones y convencer a la población de otorgarles su voto.
El acuerdo de paz garantiza un mínimo de 10 escaños en el Congreso para exguerrilleros en los próximos ocho años.
El gobierno de Santos mantiene asimismo un diálogo con la última guerrilla activa en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Ecuador, donde el jefe negociador de los rebeldes, Pablo Beltrán, dijo a la AFP la semana pasada que el cese al fuego está cerca.
Con información de AFP.
¿Qué Opinas?