En el pleno del Congreso de ayer tuvimos ocasión de asistir una vez más al rodillo del gobierno, al espectáculo de los indignos que aplauden cuando se aplasta a un pueblo y, tan patriotas ellos, se regocijan cuando éste pierde la soberanía nacional y la entrega a los intereses financieros.
En ese escenario, también tuvimos ocasión de ver la intervención de Cayo Lara, la única que podría considerarse realmente una oposición consecuente y desde la izquierda institucional a los desmanes de la derecha que nos gobierna. No es de extrañar que mes tras mes las encuestas sean cada vez más favorables hacia IU cuando a ojos de la gente es la única oposición frontal en las instituciones. Ahora falta, a mi juicio, conquistar las calles.