La oración en Teresa de los Andes

Ciro García, ocd

1.Teresa de Lisieux y Teresa de los Andes

Santa Teresa de Jesús de Los Andes es un referente de la espiritualidad contemporánea, todavía no suficientemente conocido. Es una figura muy parecida a Santa Teresa del Niño Jesús, cuya Historia de un alma, apenas publicada, pudo leer en francés. En ella se veía retratada; de ahí su exclamación: “es un alma semejante a la mía”. A ella hace referencia en su Diario y en sus Cartas en varias ocasiones, a propósito del camino del amor misericordioso.

Aprovechando la coyuntura del centenario de la santa de Lisieux, queremos ofrecer algunos rasgos de su vida de oración característicos de la santa de Los Andes. No en vano se la llama la “pequeña Teresa” chilena. Hace unos meses publicamos en este mismo Blog su experiencia mariana, que va estrechamente unida a su experiencia de oración. Ofrecemos ahora algunos rasgos característicos, como un tema de reflexión en este tiempo cuaresmal, camino hacia la Pascua.

Si la vocación religiosa de Teresa de los Andes no se entiende sin su devoción a María, tampoco su vida espiritual se entiende sin la oración. La oración es el fuerte de nuestra santa chilena; una oración cuyos interlocutores más presentes son Jesús y María. Es una oración eminentemente contemplativa, que sigue los pasos de la oración teresiana: “Estar muchas veces a solas con aquel que sabemos nos ama” (Vida, 5, 8). Juanita, nuestra Teresa, pasa largos ratos de oración en la capilla, aprovechando las misiones rurales en los fundos familiares.

Aunque su oración es eminentemente contemplativa, de diálogo amoroso con Jesús, detrás hay toda una praxis oracional meditativa, al estilo de los Ejercicios de San Ignacio, que ella relata en sus retiros. Pero se advierte un progresivo deslizamiento hacia formas contemplativas, que aconsejará a sus amigas cuando le preguntan sobre el modo de hacer oración.

Otra peculiaridad de su oración son los grados o etapas que ella contempla. Habla primeramente de la oración-meditación y señala inmediatamente otras formas, como locuciones, visiones. Son los fenómenos místicos que acompañan a veces a la oración y que en ella son muy frecuentes, como en el caso de Teresa de Ávila. En sus relatos a los confesores busca la seguridad y el esclarecimiento de estos hechos, como su Santa Madre Teresa de Jesús. Pero, como ella, relativiza también du valor. Lo importante es la unión con Dios y los efectos que produce en el alma, esto es, las virtudes.

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