Sergio Rodríguez festeja una canasta - ACB Photo / Ángel Martínez.
A Sergio Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1986) solo le falta un frac y una batuta para acabar de ser un director de orquesta. Domina el tempo de los partidos, mejora a sus compañeros, con los que congenia y se entiende a la perfección. Oculto en una poblada barba, se esconde el mejor base del momento en Europa para dirigir al único equipo que cuenta sus partidos oficiales (25) por victorias y al que tampoco frenó un Barça corajudo al que dominó desde el ecuador del primer cuarto y acabó doblegando por 98-84. Sergio Rogríguez fue la perla de un grupo que juega de maravilla y nunca le falta oxígeno. Los azulgrana, siempre a remolque, persistieron y llegaron a acercarse 88-81 tras dos arreones de Juan Carlos Navarro y Huertas que junto a Oleson fueron sus grandes baluartes en un Palacio de los Deportes repleto y encantado con un Madrid que sentenció con los zarpazos de Mirotic y Bourousis. Sobre la bocina Sergio Rodríguez puso la guinda a un partido que bailó al ritmo de su sinfonía.
Antes de hacer acto de presencia en el parqué Sergio Rodríguez, que no necesita ser titular para generar titulares, se había visto un comienzo fulgurante de ambos equipos, que casi calcaban las jugadas. Huertas dirigía el cotarro y anotaba con la misma facilidad con la que asistía, pero quien dio el primer golpe sobre la mesa fue Rudy, inalcanzable en el primer cuarto con 11 de sus 18 puntos para que los locales se escapasen (21-13, a los 8m 29s) justo después de salir Sergio Rodríguez. Lorbek, con siete puntos en un suspiro, reactivó a los azulgrana y demostró que se ha olvidado de su lesión de rodilla. Eso sí, el esloveno no lo pasó bien defendiendo a Felipe Reyes. Tampoco Xavi Pascual da con la tecla para contener al capitán madridista, amo de la pintura en el segundo cuarto. Fue entonces cuando Reyes aportó sus 12 puntos, la mitad con dos triples consecutivos que retrataron a Lampe, falto de intensidad y al que su entrenador castigó con el banquillo y sin más minutos. El pívot polaco no jugó ni dos minutos, poco más se fogueó Pullen (0/3 en tiros de campo), al que dejó con la boca abierta Sergio Rodríguez, asistente de un Slaughter que ya llevaba cuatro rebotes ofensivos y puso la máxima diferencia de la primera parte (44-30 a los 17m 11s).Con Pullen inédito y Sada desnortado, Huertas fue el único base azulgrana real en Madrid y se puso al equipo a sus espaldas con puntos y entendiéndose con un Tomic empequeñecido en la línea de personal (2/6 en tiros libres) ante un público que no le perdona su fichaje por el Barça. Se animaron también Abrines y Navarro (57-51 a los 24m 47s), pero en un plis plas el Madrid replicó con un parcial de 11-0. No se aminalaron los visitantes, capaces de reponerse de nuevo con cuatro triples consecutivos, dos de Papanikolaou, que demostró por fin que estaba en la pista (76-65) al final del tercer cuarto. Apenas hubo noticias de Carroll, empequeñecido por un Oleson que quiere aparcar cuanto antes su tiempo fuera de la pista y coger confianza. Entre él y Tomic continuaron la reacción (81-72), pero de nuevo, en un abrir y cerrar de ojos, replicaron Mirotic y Sergio Llull. No bastó el último arreón de Navarro y Huertas. El partido iba a ser para quien lo había gobernado siempre y la guinda la iba a poner en la pista el mejor base de Europa, Sergio Rodríguez. "El Barça es un gran equipo pero en Canarias, Murcia, Valencia o Badalona hemos tenido partidos mucho más duros", sentenció Rudy, entrevistado por Izaskun Ruiz. REAL MADRID 98 (23+25+28+22): Sergio Llull (6), Rudy (18), Darden (6), Mirotic (14) y Bourousis (13) -quinteto inicial-; Draper (3), Carroll (7), Sergio Rodríguez (15), Reyes (12), Díez (-), Slaughter (4) y Mejri (0). BARÇA 84 (18+18+29+19): Huertas (15), Navarro (17), Papanikolaou (6), Nachbar (4) y Tomic (10) -quinteto inicial-; Sada (-), Abrines (8), Dorsey (3), Lorbek (11), Oleson (10), Pullen (0) y Lampe (0).
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