ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.Personalmente, a modo de autocrítica, me parece una vergüenza que en más de una década aún no haya pasado a modo de revisión de disco la Orquesta Mondragón por “DMR” (sí que ha pasado en formato de “crónicas de eventos” conciertos donde les he visto). Y es que el personaje que es Javier Gurruchaga es uno de mis primeros recuerdos televisivos e ídolos musicales a la par, al igual que también en ese apartado lo es Miguel Bosé.
Tampoco ayuda el hecho de que encontrar un disco de los años 80 de la Orquesta Mondragón en formato cd y nuevo en una tienda, es tarea imposible, más allá quizás de “Muñeca Hinchable” (su debut). Finalmente he tenido que tirar de una plataforma de streaming (de la que no soy muy amigo) y Youtube para poder hablarles de un lp clásico del grupo.
El disco que nos ocupa, el 3º de estudio de la banda, realmente es una banda sonora. ¿Qué vino primero, el huevo o la gallina? Es decir, ¿qué se hizo antes, la película y se escribieron las canciones adrede, o era material musical que ya tenía el grupo y el guión se adaptó de alguna manera a lo que el grupo ya tenía esbozado? Eso no sé responderlo.
A modo de antecedentes de “Bésame, Tonta (B.S.O.)” lanzado en 1982, el grupo había tenido mucho éxito con sus 2 primeros lps, el ya citado “Muñeca Hinchable” y “Bon Voyage”. Temas como “Caperucita feroz” o “Viaje con nosotros” se entroncaron en la cultura popular española y lo siguen estando marcados a fuego a día de hoy, cosa muy meritoria. Javier Gurruchaga, con la colaboración de letristas como Eduardo Haro Ibars o Luis Alberto de Cuenca, dio forma a canciones realmente atractivas y muy pegadizas en esos 2 trabajos.
Tal era la aceptación del grupo, que en 1982 se propusieron llevar a cabo un proyecto muy ambicioso, que no fue otro que llevar a la gran pantalla al grupo (al estilo que en años anteriores o décadas anteriores se había hecho con otros cantantes o artistas musicales como Raphael o el Dúo Dinámico). La película es digamos que entrañable para los seguidores de la Orquesta. Objetivamente no es muy allá, pero para fans de Javier Gurruchaga puedo afirmarles a día de hoy que es un ítem de culto y muy curioso de visualizar. Además, dentro del staff y reparto hay gente de renombre como Fernán Gómez, Gómez Bur, Azcona, etc. Para más información sobre la película, visiten el primer post que he escrito de colaboración en el estupendo blog que comanda Mariano González “Películas y reflexiones”.
Las canciones que forman parte de la película son en la mayoría muy atractivas. Previamente conocía la canción título y “Garras humanas” (de hecho, gracias a un vídeo en Youtube de esta última, tuve conocimiento de la existencia de la película hará cosa de 4 años atrás tras ver a la Orquesta tocar en las fiestas de San Isidro en la Plaza Mayor de Madrid). Sin embargo, al ver la película, son varias las canciones que han terminado haciéndose un hueco en mi deleite personal y que, ante la falta de poder comprarme el cd original, me plantea darme un paseo por tiendas de 2ª mano o la feria del disco para intentar encontrar el vinilo de este trabajo que hoy nos ocupa. Metámonos en su listado sin más dilación.
Esperen, ***ADVERTENCIA*** (y se lo pongo bien grande, en mayúsculas y con arteriscos): al hablar de las canciones, comentaré varias cosas de la película y su desenlace (de alguna forma, todas tienen su particular videoclip si se fragmenta la película, que no deja de ser una comedia musical), con lo que, si quieren evitar SPOILERS, dejen de leer ya mismo este artículo y háganlo cuando ya la hayan visto. Avisados quedan.
ANÁLISIS DEL DISCO.1. “Es solo cine, pero me gusta”: El disco arranca con la canción con la que Javier Gurruchaga nos da la bienvenida en la película. Unos títulos de créditos gloriosos con Javier en una sala de cine de butacas rojas (por duplicado, en la pantalla grande y en la sala en sí), homenajeando a muchos grandes de la historia del celuloide en la letra y con un estribillo que se marca claramente en el recuerdo desde la primera escucha: “Cine, y mucho mucho mucho, cine...”. Charlestoniana en su sonido en parte, es un episodio brillante y luminoso que no puede suponer mejor apertura de película y de disco a la par. Luego volverá al final de la película (que no en el disco), pero en un tono distinto...
2. “Quiero ser presidente”: De momento se mantiene el orden de canciones con respecto a su aparición en la película. “Quiero ser presidente” es una reacción, diría irónica en la realidad del propio Javier, pero real del personaje que interpreta en la película, con la que se rebela, afirmando que no quiere cantar, sino triunfar en la banca privada. El sonido de charlestón es si cabe más acusado que en la anterior, y termina entrando tras unas pocas escuchas. Están muy bien esos coros femeninos agudos que replican al propio Javier “canta Gurru, canta Gurru... ¡por favor!”. En la película, Javier baila a lo largo de unas pantallas luminosas con cotizaciones en bolsa de forma muy frenética. Lo de “Mogambo” del final no sé si es un guiño a la productora de la película en sí.
3. “La primera vez”: Ya damos un salto temporal en la película, puesto que la obsesiva “La primera vez” aparece cuando se inicia el tramo final de la película. En esta canción, Javier canta en las estrofas de forma parecida, en tono al menos, al de “Caperucita feroz”, es decir, muy grave. Es una canción obsesiva en su estribillo, que refleja muy bien ese pasaje en el que Javier y su escudero Popocho están haciendo la guardia subidos en un cádillac rosa sin motor a las puertas de la mansión donde vive el amor platónico de Javier en la película Paola Dominguín.
4. “Tunisia”: También aparece en el tramo avanzado de la película este medio tiempo relajante que es “Tunisia”, con ligero aire hedonista. Se baja el ritmo tras una apertura de disco con mucho movimiento sonoro y Javier nos lleva a “Tunisia” dentro de lo que es en la película una actuación, o más bien ensayo, en el club “Las Palmeras”, en el cual en su día triunfó la madre de Javier en la película (una magnífica Esperanza Roy), regentado por Manolo Gómez Bur. En la película continúa precisamente a “La primera vez”, y curiosamente Javier termina mal la interpretación de la misma, al aventurarse a aprender a patinar para intentar ganarse el amor de la indiferente Paola.
5. “Doctor Doc”: Retrocedemos en lo que es la película para afrontar quizás la canción más infantil del disco. “Doctor Doc” tiene un aire amable con esos coros de niños y su sonido tan pop. En la película es un videoclip al uso, en el que Javier Gurruchaga hace otro guiño y homenaje al cine mudo y expresionista (Lon Chaney está muy presente en aspectos de este proyecto) y encarna a un doctor algo temible de aspecto, pero al que terminan aceptando los infantes colegiales que le corean. Pues, ¿qué quieren que les diga?, quizás sea de mis favoritas de la película, y de las que me dibujan una ligera sonrisa cuando la veo en la película.
6. “Estoy harto de ti, muñeca”: He visto alguna entrevista de años posteriores a este disco y la película en la que Javier reconoce quizás el fallo de este proyecto en la que quizás reconoce que el grupo había virado a un sonido más pop, dejando de lado el rock. No obstante, “Estoy harto de ti, muñeca”, es una canción potente, quizás de las más rockeras del disco. Aunque hay que apuntar que, sin embargo, su base e inicio es ciertamente disco e incluso algo funk. Sirve para ambientar ese momento de desengaño final de Javier ante sus intentos de conquistar a Paola, con él y Popocho mamados a más no poder en la barra de bar de un club nocturno, bailando de forma algo tosca mientras que un vinilo azul suena con esta canción en el jukebox. Sin duda otra de las canciones notables del conjunto.
7. “Los tres cerditos”: En la película “Los tres cerditos” forma parte de ese sector más infantil junto a “El pirata” y “Doctor Doc”, con Javier y su orquesta cogiendo confianza y rodaje en Las Palmeras. Canción que en la película tiene su videoclip claro, con actores encarnando a los personajes de este cuento infantil. En su sonido, es una canción de influencias de rock de los años 60, muy del gusto gurruchaguesco. Del “Intermedio” de apenas 15 segundos, tampoco merece la pena decir mucho, pasemos a lo siguiente, de capital importancia.8. “Garras humanas”: Que Javier seleccione “Garras humanas” para ser una de las piezas iniciales de sus actuales conciertos, nos demuestra que es uno de los pesos pesados del disco. Claramente dedicada a Lon Chaney, el hombre de las mil caras, narra esa historia de amor incondicional hacia una caprichosa artista de circo, que no deja de resultar tremendamente triste, a pesar de estar envuelta en una melodía musical gloriosa y muy animada. En la película supone uno de esos momentos depresivos de Javier en su casa en el diván, con pierna escayolada por lo de los patines, desojando margaritas, en ese proceso de cortejo imposible a Paola Dominguín; mientras, suena en la radio este temazo, a la par que mamá Roy, escudero Poper y mánager Bur intentan animar al pobre Javier.
9. “El príncipe encantando”: Con esta pieza, viajamos al desencadenante del argumento de la película. “El príncipe encantado”, con ese fragmento de la película en forma de videoclip de ensoñación con Javier en un paisaje nevado vestido de príncipe al estilo de un mosquetero o Cyrano de Bergerac, canta al amor de esa mujer que le acaba de deslumbrar, la bella Paola que interpreta a la secretaria del inspector de sucursales de Bancobank. Es la gran balada del disco (incluso más que la canción título, la cual pierde solemnidad por la parte más salsera y movida del final). Canción bellísima, orquestada, quizás para algunos demasiado pastelosa, pero a mí personalmente me encanta. Sirve de igual forma su melodía para ambientar una escena genial, a la par cómica y tristísima, con un Javier deprimido y con tendencias suicidas al vivir su primer revés amoroso derivado de Paola y su indiferente proceder con respecto a él.
10. “Just a gigolo”: Yo creo que la primera vez que vi a Javier hacer esta versión fue en el programa “Viaje Con Nosotros”. Pero, cuando terminó de engancharme y parecerme una tremenda cover, fue viendo esta película. Es la única canción que canta en la película encarnando a otro personaje, en este caso a su padre (Orlando Carrera), cuando Esperanza Roy muestra a Pope la representación de su gran amor, que la abandonó por el éxito internacional musical.
11. “El pirata”: Ya mencioné antes que esta pieza forma parte de un sector muy melódico y cercano, y a la vez “El pirata” es la primera canción en sí que canta Tony Volante (el nombre artístico que adopta Javier para su vida como cantante). Es de las canciones más rockeras del disco y contundentes. No está mal, pero yo prefiero muchas otras antes de sus compañeras de proyecto. Si bien, me atrevo a creer que si Javier buscase recuperar algún día alguna canción más de este disco, más allá de “Garras humanas”, escogería esta.
12. “Bésame, tonta”: De sonido casi para los títulos iniciales de una película de James Bond (sobre todo en su primera parte), llegamos a la otra gran balada del disco. De sonido decadente y algo oscuro. En “Bésame, tonta” Javier aparece entre humo, muy elegante, con un traje azul celeste para intentar una última vez conquistar a Paola con el estreno de esta canción en televisión. La canción, inesperadamente, gira al sonido más salsero o latino en su tramo final, subiendo el ritmo y metiendo incluso maracas. Cosa arriesgada, pero que con el paso del tiempo se termina aceptando; de hecho, la portada del disco nos ofrece a Javier con el traje azul claro y las maracas. Es claramente otro de los grandes momentos del disco en sí.
13. “Las palmeras”: Es curioso este interludio instrumental situado en el penúltimo capítulo, que es el hilo musical que se encuentra Javier cuando llega por primera vez a un club “Las Palmeras”, que ya no es lo que fue en su día. El saxofón, por cierto, es cosa de Luis Cobos, que en aquellos días era, como diría mi querido Mariano González, el perejil de todas las salsas (tan pronto estaba con Tino Casal en una actuación en directo, como con Javier en esta película -por cierto, irreconociblemente caracterizado-).
14. “Hay un lugar”: Se termina con lo que acaba la película (bueno, no del todo). “Hay un lugar” es brillante y luminosa melódicamente, si bien en su letra noto cierta melancolía por aquello que supone siempre en sí una despedida. Javier canta desde la escalera de embarque a un avión que le lleva a Hollywood para (en teoría) triunfar, mientras se despide de su escudero Poper, para el que no hay sitio en esa nueva vida. No hay mejor canción completa en sí para terminar la película. Bajo mi punto de vista, otra de las muy destacables del conjunto. Estupendo cierre, más allá de ese apéndice de medio minuto dialogado “Qué bonita...”.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.Bueno, pues ciertamente, tanto la película como el disco de “Bésame, Tonta”, fueron el primer pinchazo comercial de Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón. El proyecto supongo que se tomaría con muchísima ilusión y añadía unos elementos que podían apostar a caballo ganador, pero la cosa no funcionó. Cierto es que las canciones son menos universales y tienen menos gancho que la gracieta de tratar el asunto de la alopecia y las pelucas, la ingeniosa y picarona historia de Caperucita o el sonido irresistible de pianola de “Viaje con nosotros”.
Después el grupo retornaría al enfoque más rock con “Cumpleaños Feliz”, intentando reverdecer laureles del éxito de comienzos de década, pero tanto este como “Es La Guerra” tampoco supusieron mucha gloria, aunque haya tremendas joyas como la ácida “Feliz Navidad” en el último lp de los citados. La banda haría balance con el disco en directo “Rock And Roll Circus”, y volvería al estrellato desbordante con el siguiente lp “Ellos Las Prefieren Gordas”. En aquellos días Javier Gurruchaga era un dios de la televisión: salía en “La Bola De Cristal” en su sección de “La 4ª parte”, donde le conocí como un James Bond de pistola encasquillada, y tuvo su programa magazine nocturno fabuloso “Viaje Con Nosotros”, donde todo (incluso la cabecera) era genial y, como diría Suggs de Madness con respecto al disco de su banda “Presents: The Rise And Fall”, disparatado y cerebral.
Dejando de lado el intentar hacer aquí, en este tramo final del artículo, un recorrido general por toda la vida y milagros de Javier Gurruchaga, volvamos a “Bésame, Tonta” y emitamos nuestras conclusiones y reflexiones. Creo que, consideraciones de resultados comerciales al margen, es un gran disco. Tremendamente disfrutable. Quizás, todo aquel que conozca al grupo y se embelese con sus hits de siempre, tarde en asimilar estas canciones que han quedado en el olvido, pero créanme cuando les afirmo que es muy probable que adopten una o más de las que no conocieran como temas favoritos de la Orquesta Mondragón.
El producto no funcionó, e incluso Javier reconoce el fiasco en entrevistas, pero ya saben que por aquí somos de coger cariño a obras malditas; pero no de forma forzada, sino porque por alguna extraña razón nos gustan. Creemos que “Bésame, Tonta (B.S.O.)” es un disco que merece mucho la pena. No lo pueden comprar (más allá de en plataformas digitales), pero bueno, si pueden, accedan a él de la forma que puedan (además de la película íntegra -en calidad regulera de vhs-, en Youtube hay canales donde están subidas casi todas las canciones en su parte de la película) y concédanle una oportunidad. Puede que no les atraiga lo que se encuentren, pero a lo mejor se sorprenden como me pasó a mí.