Alberto Santos Lezo consiguió convertir a los políticos españoles en los actores de una orquesta nacional. Y lo hizo poética y magistralmente en un breve artículo publicado en “El País” del pasado miércoles, en el que puso nombre a cada músico del conjunto ante una partitura oculta, interpretada por unos instrumentistas desafinados y dirigidos por un director indeciso. Y así sonaba:
“Tenemos una orquesta que no funciona. Cospedal es la concertino. Ya desde la primera legislatura de Zapatero era el acicate del PSOE. Ahora, con los sobresueldos del PP tras más de cuatro años en la dirección, ella dice que no sabía nada. El contrabajo lo toca Montoro, también acicate de Zapatero metiendo mucho ruido y que ha quedado ahora en evidencia con la regularización de Bárcenas: se ha pedido incluso su dimisión. El primer chelo es González Pons. Ahora toca redondas, o sea, acompañamiento. En la viola está Soraya Sáenz de Santamaría, que quiere llevar la orquesta bien, pero no puede con la primera cuerda.
“De la oposición empezaremos con el PSOE. Tanto Rubalcaba como Elena Valenciano son trompetas, que suenan bien pero apenas tocan, pues solo duran cuatro compases. Cayo Lara toca el oboe, bastante bien, pero casi no se le oye. CiU se encarga de la trompa, que a veces ayuda en la orquesta, pero suele meter el sonido hacia dentro y envuelve y envuelve. El PNV toca el trombón y en las últimas elecciones en Euskadi metió mucho ruido, para ahora en el Gobierno aliarse con su peor enemigo, el PP. UPyD anda con el saxofón que, al ser un instrumento relativamente reciente, no tiene mucho repertorio aunque quiera hacerse un hueco en la orquesta. Formaciones pequeñas a nivel estatal son ERC, que actualmente toca los timbales marcando algunos compases de la partitura, y Bildu, que toca el clarinete —ahora tiene la caña estropeada y tiene a la inmensa mayoría de Gipuzkoa en contra por el Puerta a Puerta—.
.“El director es un indeciso Rajoy, que ve cómo la cuerda desafina y el viento no le sigue. Pero es que, además de la terrible corrupción que salpica a toda la cuerda, es decir, al PP, ninguno de la orquesta quiere enseñar la partitura, o sea, la transparencia, empezando por Rajoy, para ver dónde se está desafinando y buscar una solución de una vez. El PSOE ahora la reclama, pero no hizo nada durante dos legislaturas; CiU tiene también problemas de corrupción en su seno, y el PNV tiene Bizkaia, la diputación más opaca de Euskadi, etcétera”.
Alberto Santos concluía: “Todas las demás orquestas de Europa suenan bien. ¿Cuándo vamos a tener una Ley de Transparencia como los países a los que queremos imitar?”.