“LA OSCURIDAD QUE CONOCES” de Amy Engel

Lo cierto es que no hay forma fácil de ser una mujer en este mundo. Si te expresas, si dices que no, si te mantienes firme, entonces eres una bruja y una arpía y todo lo que te pase es merecido. «Te lo has ganado a pulso».
Pero si sonríes, dices que sí, sobrevives a base de buenos modales, eres débil y estás desesperada. Un blanco fácil. Una presa en un mundo de depredadores. No hay opciones seguras para las mujeres, no hay decisiones que no terminen volviéndosenos en contra.

Amy Engel es una autora estadounidense que vive en Misuri con su familia y que antes de dedicarse a la escritura, ejerció durante diez años de abogada criminalista. Ha escrito tres novelas, una de ellas dirigida al público juvenil (“The book of Ivy”, 2014 y su secuela posterior publicada al año) que ganó varios premios. Pero “La oscuridad que conoces” es la única que ha sido traducida al español. La trama sin spoilerLa novela está ambientada en una zona de los montes de Ozark, (Misuri), más concretamente en Barren Springs, un pueblo pequeño de esos donde todos se conocen y donde todos esconden secretos. Dos niñas de doce años han aparecido degolladas, en un charco de sangre sobre un lecho de nieve sucia en un parque. Se trata de Junie y su mejor amiga Izzy Logan.

¿Cómo podían dos niñas de doce años estar vivas y riendo por la mañana y dejar de respirar por la tarde? Lo de que tenían toda la vida por delante era un tópico, pero también la verdad.

Eve Taggert, madre soltera de Junie, queda totalmente destrozada y el único consuelo que encuentra, la única razón para levantarse cada día y seguir adelante, es ponerse a investigar ella misma por su cuenta, aunque su hermano Cal, policía del pueblo, le asegura que él y el sheriff Land van a hacer todo lo posible para descubrir al asesino.

Pero ahora su rostro estaba poseído, tenía el fantasma de la ausencia de su hija grabado en las facciones.

Cal y Eve son dos hermanos que han crecido rodeados de miseria, de absoluta pobreza, de despiadada violencia. Siempre han estado muy unidos y siempre se han protegido el uno al otro a la hora de enfrentar su durísima y complicada infancia, por haberles tocado una madre cruel, temible, Lynette Taggert, que nunca los quiso ni les demostró ningún tipo de afecto. 

Porque su dulzura era siempre efímera y arbitraria, así que nunca sabías cuándo contar con ella. Y eso hacía que el resto de las horas, las semanas y los años fueran mucho peores. Porque sabías que era capaz de algo más, de algo distinto. Y te quedabas siempre con las ganas, aguardando esa parte de su personalidad que rara vez asomaba. Sin poder renunciar nunca a la esperanza. 

Eve es por ello una mujer acostumbrada a desenvolverse en las cloacas, valiente, que adora a su hermano y que está dispuesta a todo con tal de encontrar al asesino de su hija, porque ya no tiene nada que perder. Junie le cambió la vida, la sacó de esas cloacas, del mundo de las drogas, del alcohol, de su obscena oscuridad y Eve siempre se ha esforzado en evitarle todas esas miserias por las que ella pasó a Junie, en ser una buena madre, como nunca lo fue la suya. Investigar la muerte de Junie, lleva a Eve inevitablemente a retomar el contacto con Lynette, con la que no se habla desde hace muchos años, y a rememorar esa infancia y esa unión tan especial que siempre ha tenido con su hermano. Ella siempre se entera de lo que sucede en la ciudad, tiene contactos, y todos la temen.

El miedo me recorrió; también la rebeldía. Fue como si una memoria física se apoderara de mí y me transportara de vuelta a la infancia, la mitad de la cual había pasado tratando de esquivar los puños de mi madre y la otra, desafiándola a que volviera a pegarme. Solo llevaba cinco minutos con ella y ya me sentía más sucia, más cínica que mientras conducía hacia allí.

Los padres de Izzy, Jenny y Zach también están muy afectados. Pero ellos están en el otro lado de la balanza, sin carencias, rodeados de lujos. Eve investiga y va descubriendo una pista por aquí, otra por allá, un oscuro secreto por aquí, otro por allá y ata cabos.
Y hasta aquí puedo contar. . .
Los puntos fuertes de la novela
● La novela está escrita en primera persona, lo que nos permite meternos en la piel de esa madre que ha perdido a su hija y está furiosa, rabiosa por encontrar al culpable y poder vengarse. Eve está destrozada, pero no es de las que se esconden en casa a llorar su pena, en algo se tenía que notar que es hija de su madre. No se amilana y no tiene reparos de meterse en líos, aunque salga mal parada. Ella es la investigadora, pero también es víctima y a la vez verdugo.
● Hay mucha oscuridad en esta novela, empezando por la ambientación tan bien conseguida que nos sumerge en un escenario enrarecido, lúgubre, gris. Los dos hermanos han crecido en un entorno oscuro y hostil, los personajes son todos oscuros, unos más que otros, con sus oscuros secretos del pasado y del presente.

Y entonces me di cuenta de que algunas cosas siempre terminan volviendo a tu vida, por mucho que desees haberlas dejado atrás para siempre.

● Todos los personajes de la historia merecen la pena, pero sin duda Eve y Lizzy, la madre de Cal y Eve, son los mejores, ambas con una personalidad arrolladora. De ellas dos, Lizzy es la que se lleva el premio a la oscuridad máxima, me ha fascinado a la vez que asqueado esa madre despreciable, egoísta, desapegada, salvaje, que lo único que ha sabido inculcarles a sus hijos es el “ojo por ojo, diente por diente”

Aquello de «Ojo por ojo y el mundo acabará ciego» nunca había sido uno de los lemas de mi madre. Su versión de la justicia era menos piadosa, más tipo Antiguo Testamento. Ojo por ojo. O, quizá, vida por ojo. La gente se guardaba muy mucho de meterse con mi madre. A no ser que quisieran acabar mal. Se sabía que había dado palizas a hombres que le doblaban el tamaño. No dudaba en jugar sucio ni en ir directa a la yugular.

● La prosa de la autora me ha gustado, escribe bien, sabe transmitir y mantener la emoción de la trama hasta el final, consiguiendo que la lectura sea ágil, fluida. Y es que menudo final. . ., tremendo, espeluznante, de esos que te dejan con la piel de gallina. ¿Me lo esperaba? Pues sí y no, la verdad es que me lo iba oliendo, pero me negaba a creerlo.

Lo que te golpea nunca es lo que esperabas. Siempre es algo sigiloso, que te ataca por la espalda cuando estás pendiente de otra cosa.

● Los temas potentes que aborda: niños maltratados por sus madres, madres con instinto maternal, moralidad y ética cero, maltrato psicológico y violencia contra las mujeres, machismo sádico. Pero también lazos familiares irrompibles, mujeres y madres dispuestas a todo por proteger a sus hijos incluso en las circunstancias más extremas.
Resumiendo: “La oscuridad que conoces” es un domestic-rural noir que engancha desde el minuto uno, con buenos personajes, y un misterioso asesinato que iremos resolviendo junto a la protagonista, que nos lo cuenta todo en primera persona y no nos oculta nada. Una lectura con muchos giros argumentales que te van sorprendiendo por el camino y que te dejan pegada a una historia que yo, particularmente, he sentido como una historia de mujeres fuertes, valientes, luchadoras, supervivientes en un mundo con todo en su contra, mujeres que buscan por encima de todo la dulce y reconfortante venganza.

A veces las respuestas son peores que las preguntas. A veces es mejor no saber .

Mi nota esta vez es la máxima: