Por estos tiempos solo había en Córdoba para estudios medios o superiores la Escuela Normal de Magisterio, la Escuela de Peritos Industriales y la facultad de Veterinaria (que pasaba una gran crisis de alumnado que se salvó con la llegada de estuadiantes sudamericanos). También llegó ETEA y la Escuela de Magisterio de la Iglesia, curiosamente ambos centros de origen religioso. Me parece oportuno, dada la fecha de comienzo de curso, traer esta entrevista
LA ESCUELA DIOCESANA DE PROFESORADO, A TOPE
Personalización y socialización, pilares de su método educativo
• Programa de actos con motivo de Santo Tomás de Aquino
La Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de E. G. B. de la Iglesia, ha montado un programa de actos con ocasión de la festividad de Santo Tomás de Aquino. Del citado programa, así como de la marcha de esta escuela diocesana de crecíente pretigio y número de alumnos nos habla su director, don Ramón Moren.
--¿Qué finalidad tiene los actos programados?
—Hemos intentado más que celebrar un día concreto, desarrollar a lo largo de una semana una serie de actos que nos mantenga dentro de un clima educativo y que nos recuerde a lo largo del año que no solo se enseña en los libros o en el aula, sino que hay otros cauces.
—¿Y qué actos en concretos han programado?
—Acabamos de celebrar una mesa redonda sobre el tema «La educación desde y para la libertad», que habían sugerido los propios alumnos; habrá una conferencia sobre el tema de los Derechos Humanos a cargo del senador Martínez Bjorkman y también habrá otros actos culturales como una sesión de teatro leído y una exposición de acuarelas y pinturas a cargo de dos alumnos de la escuela.
MAESTROS PARA SERVIR
—Desde la perspectiva de los años que lleva funcionando esta escuela ¿está satisfecho con su marcha?
—Nunca se puede estar satrisfecho de una empresa humana ni creo que se deba estar, ahora, del trabajo que se ha realizado en ella tanto por los alumnos como por los profesores, pues sí tengo una amplia satisfacción. Esto no quiere decir que ya lo hayamos conseguido todo, sino que tenemos que seguir mejorando y criticando lo existente.
—¿Qué diferencia hay entre los alumnos de esta escuela y los de la escuela oficiales?
—Mira yo creo que esto nos lo tendría que decir la sociedad a la vuelta de unos años. Además yo ño me conformo con oír decir que los alumnos de esta escuela son mejores o peores que otros, sino que están realmente prestando un servicio eficaz a la sociedad y que ese servicio es simplemente bueno.
—Bien, pero ¿qué característica tiene entonces la enseñanza que aquí impartís?
—Intentamos que la educación que se imparte sea un clima de libertad y de individualización, que se trate al alumno de la manera más personalizada posible, de que se dé cuente el alumno que está en un entorno social, que aprendan a trabajar en equipo. En resumen se trata formar al alumno en su doble vertiente personal y social.
A TOPE DE CAPACIDAD
—Los alumnos qué llegan corresponden todavía a una educación primaria de tipo tradicional ¿Cómo encajan estos nuevos métodos?
—Hay muchas cuestas arribas en los primeros meses de trabajo. Poco a poco van comprendiendo el método y sus dificultades. Además a medida que la educación se va personalizando la enseñanza se aprecian mejor los valores y se critican mejor los defectos.
—¿Cuántos alumnos tiene la Escuela?
—El número de alumnos ha sido creciendo paulatinamente de 53 a los 395 que tenemos en la actualidad. Ya han salido dos promociones y nos encontramoscon las aulas a tope y no queremos una escuela masificada.
—¿De cara al futuro cuáles serían entonces sus metas?
—Pues más que aumentar el numrode alumnos serán aumentar la calidad de la enseñanza haciéndola más personalizada y más crítica.
-¿Qué se requiere para ser alumno de esta escuela?
-Las condiciones que son exigibles a una persona que quiere dedicarse a la educación. En este sentido a los futuros alumnos le damos a conocer lo que es la escuela y de que la escuela conozca lo que ellos son y pretenden. Tratamos de formar maestros para el ejercicio. E.O.
Publicado en la edidición cordobesa de El Correo de Andalucía el 28 de enero de 1978