La primera vez que vi el spot de Coca Cola me resultó entrañable y esperanzador. La segunda vez lo vi con otros ojos, y la idea de una superpotencia hablando de esperanza y humanidad me pareció extraña. A la tercera vez, ya me salió el espíritu crítico y no me creí nada de lo que vendía.
Hoy he visto este “contra spot” y, aunque parezca pesimista, me lo creo mucho más. A veces el mensaje significa todo lo contrario según quien lo emite…