Por aquí y por allá la paciencia es mentada, convocada, llamada, deseada, suspirada… y esperamos que nos llueva del cielo porque la vecina, nuestra amiga, la suegra… todo el mundo parece tener más paciencia que nosotras.
Hay un pequeño error de trasfondo que impide que alcancemos esos niveles de paciencia que tanto deseamos. Te lo cuento en mi colaboración mensual con Margaret González en su blog Tela de Abrazos en el post “No tengo paciencia”:
“Tengo muy poca paciencia” “A estas horas ya no tengo paciencia para nada” “Ten paciencia, enseguida vamos”
La paciencia, ese don que aparece y desaparece de nuestra vida cada cierto tiempo, que no sabemos cómo, aumenta y desciende de nivel. Unos días tenemos paciencia para todo, otros no tenemos paciencia para casi nada.
¿Qué es la paciencia? ¿Dónde se cultiva, quién la reparte? ¿Mejor aún, dónde conseguir unos cuantos kilos diarios? Estaríamos dispuestos a pagar por ella…
Es hora de que te enteres de una gran verdad: la paciencia no existe.Leer más…
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