«Pregunta: Teniendo en cuenta los logros científicos conseguidos por gente como Newton y Kepler, ¿hay posibilidades de que la ciencia llegue algún día a demostrar la existencia de Dios?
Carl Sagan: La respuesta depende mucho de lo que signifique para nosotros Dios. La palabra “dios” se utiliza para una inmensa multitud de ideas excluyentes entre sí, y creo que las distinciones, en algunos casos, están intencionadamente enmarañadas para que nadie se ofenda interpretando que se habla de su propio dios. Pero les diré una idea de los dos polos de la definición de Dios. Uno es la visión por ejemplo, de Spinoza o Einstein, que es más o menos que Dios es la suma total de las leyes de la física. Sería una locura negar que hay unas leyes de la física. Si nos referimos a eso al hablar de Dios, sin duda Dios existe. Lo único que tenemos que hacer es observar cómo caen las manzanas.
La gravitación newtoniana se da por todo el universo. Podríamos pensar que existía un universo donde las leyes de la naturaleza estuviesen limitadas a una pequeña porción de espacio o tiempo. No puede ser así, y la gravitación newtoniana es un ejemplo, pero la mecánica cuántica es otro. Podemos observar los espectros de las galaxias distantes y ver que se les puede aplicar las mismas leyes de la mecánica que aquí. Se trata de algo profundo y extraordinario: las leyes de la naturaleza existen y son las mismas en todas partes. Así pues, si eso es lo que queremos decir cuando hablamos de Dios, entonces diría que ya tenemos una prueba excelente de su existencia.
Pero ahora tomemos el extremo opuesto: el concepto de Dios como hombre gigantesco con una larga barba blanca, sentado en un trono en el cielo y llevando la cuenta de la cada caída de cada gorrión. Desde luego, sostengo que de este tipo de dios no hay prueba alguna, y aunque estoy abierto a recibir cualquier aportación, personalmente dudo de que llegue a encontrarse una prueba fiable de un dios así, no sólo en el futuro cercano, sino también remoto. Y los dos ejemplos que les he dado son prácticamente todo el abanico de ideas a que se refiere la gente cuando menciona la palabra “dios”».
La diversidad de la ciencia (2006)
[Extracto del libro escrito por Carl Sagan]
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