La Palma es uno de los islotes más pequeños de las Islas Canarias. Conocida como la "Isla Bonita" o la "Isla Verde", constituye un auténtico paraíso terrenal.
Santo Domingo, capital de Garafía, en La Palma. Foto: Zyance.
Descubierta en 1492 por el marino Alonso Fernández de Lugo, la isla de La Palma es, por su clima, un destino preferente para el mes de septiembre, incluso durante todo el otoño y el invierno.
En este verde arrecife se puede disfrutar de su exuberante naturaleza, del mar, el senderismo, de la observación de las estrellas y, sobre todo, de la mayor tranquilidad.
La Palma, una isla por descubrir
Siendo Las Palmas, Tenerife o Lanzarote los destinos habituales en las Islas Canarias, La Palma sigue constituyendo para muchos un lugar desconocido.
Situada en el Océano Atlántico, La Palma es de origen volcánico, posee una extensión de 708 kilómetros cuadrados y se encuentra a tan sólo 85 kilómetros de Tenerife. Es la única isla canaria que está surcada por ríos y arroyos, y ostenta el título de ser la tercera isla más alta del mundo, situándose su punto más elevado, el Roque de los Muchachos, a 2.426 metros de altura.
Reserva de los Tilos, en La Palma. Foto: Thomas Freibier
Su variada biodiversidad y su riqueza de recursos naturales son excepcionales y le han otorgado el título de Reserva de la Biosfera, contando, entre otros privilegiados enclaves, con el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y la Reserva de Los Tilos.
A la Isla de la Palma se puede acceder tanto en ferry, desde otras islas canarias o desde Cádiz, como en avión, ya que su aeropuerto recibe vuelos directos desde Canarias, Madrid y diversos puntos de Europa.
Qué visitar en La Palma
Disponiendo de tiempo suficiente, La Palma merece ser visitada hasta su más recóndito rincón, pero si no se dispone de mucho el recorrido deberá comenzar en Santa Cruz, la capital de la isla.
Con un aire marcadamente colonial, Santa Cruz cuenta con uno de los puertos más importantes de Europa, siendo parada obligada para los barcos procedentes de América. No hay que dejar de visitar la iglesia renacentista de El Salvador y la de la Encarnación, y la plaza del Ayuntamiento.
Calle típica de Santa Cruz, en La Palma. Foto: Zyance.
Para los amantes de la naturaleza, las localidades de San Andrés, Puntallana y Sauces, situadas al norte de la isla, destacan por su sus profundos barrancos, su vegetación y sus numerosas fuentes y manantiales. Si lo que se prefiere es el mar, no hay que dejar de visitar la playa de Nogales, en Puntallana, las piscinas naturales de San Andrés o la playa de Fajana, en Barlovento.
Caldera de Taburiente, en La Palma. Foto:
Luc Viatour / www.Lucnix.be
La Cueva Bonita, en Tijaraje; el observatorio astrofísico del Roque de los Muchachos, en Garafía; la Caldera de Taburiente o Los Tilos son otras de las visitas obligadas en La Palma.
Gastronomía y compras en La Palma
La riqueza gastronómica de las Islas Canarias permite descubrir en La Palma nuevos placeres. Los deliciosos mojos de acompañamiento, el bienmesabe, el queso palmero o los tunos (fruta típica canaria) son algunos de los manjares que se pueden disfrutar acompañados por los vinos de la zona, como el Malvasía.
La Palma cuenta con su propia producción vitivinícola, que se divide en las tres zonas que constituyen la Ruta del Vino: Hoyo de Mazo, Fuencaliente y la zona Norte.
Panorámica de Santa Cruz, en La Palma. Foto: H. Zell.
En cuanto a las compras, la artesanía de la Palma es muy apreciada, como los bordados hechos a mano de El Barrial, que se pueden adquirir en la localidad de El Paso; la cerámica autóctona de El Molino, propia de Hoyo de Mazo, o la cestería que se realiza en la Escuela de Artesanía de la Villa de Mazo. En esta última localidad no hay que dejar de acudir al Mercadillo del Agricultor.
Roque de los Muchachos, en La Palma. Foto: Zyance.
Y todo ello se podrá realizar con una temperatura media anual de 20 grados, que hacen de La Palma un destino ideal para todo el año, especialmente cuando en la Península comienza a asomar el otoño.
Santo Domingo, capital de Garafía, en La Palma. Foto: Zyance.
Descubierta en 1492 por el marino Alonso Fernández de Lugo, la isla de La Palma es, por su clima, un destino preferente para el mes de septiembre, incluso durante todo el otoño y el invierno.
En este verde arrecife se puede disfrutar de su exuberante naturaleza, del mar, el senderismo, de la observación de las estrellas y, sobre todo, de la mayor tranquilidad.
La Palma, una isla por descubrir
Siendo Las Palmas, Tenerife o Lanzarote los destinos habituales en las Islas Canarias, La Palma sigue constituyendo para muchos un lugar desconocido.
Situada en el Océano Atlántico, La Palma es de origen volcánico, posee una extensión de 708 kilómetros cuadrados y se encuentra a tan sólo 85 kilómetros de Tenerife. Es la única isla canaria que está surcada por ríos y arroyos, y ostenta el título de ser la tercera isla más alta del mundo, situándose su punto más elevado, el Roque de los Muchachos, a 2.426 metros de altura.
Reserva de los Tilos, en La Palma. Foto: Thomas Freibier
Su variada biodiversidad y su riqueza de recursos naturales son excepcionales y le han otorgado el título de Reserva de la Biosfera, contando, entre otros privilegiados enclaves, con el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y la Reserva de Los Tilos.
A la Isla de la Palma se puede acceder tanto en ferry, desde otras islas canarias o desde Cádiz, como en avión, ya que su aeropuerto recibe vuelos directos desde Canarias, Madrid y diversos puntos de Europa.
Qué visitar en La Palma
Disponiendo de tiempo suficiente, La Palma merece ser visitada hasta su más recóndito rincón, pero si no se dispone de mucho el recorrido deberá comenzar en Santa Cruz, la capital de la isla.
Con un aire marcadamente colonial, Santa Cruz cuenta con uno de los puertos más importantes de Europa, siendo parada obligada para los barcos procedentes de América. No hay que dejar de visitar la iglesia renacentista de El Salvador y la de la Encarnación, y la plaza del Ayuntamiento.
Calle típica de Santa Cruz, en La Palma. Foto: Zyance.
Para los amantes de la naturaleza, las localidades de San Andrés, Puntallana y Sauces, situadas al norte de la isla, destacan por su sus profundos barrancos, su vegetación y sus numerosas fuentes y manantiales. Si lo que se prefiere es el mar, no hay que dejar de visitar la playa de Nogales, en Puntallana, las piscinas naturales de San Andrés o la playa de Fajana, en Barlovento.
Caldera de Taburiente, en La Palma. Foto:
Luc Viatour / www.Lucnix.be
La Cueva Bonita, en Tijaraje; el observatorio astrofísico del Roque de los Muchachos, en Garafía; la Caldera de Taburiente o Los Tilos son otras de las visitas obligadas en La Palma.
Gastronomía y compras en La Palma
La riqueza gastronómica de las Islas Canarias permite descubrir en La Palma nuevos placeres. Los deliciosos mojos de acompañamiento, el bienmesabe, el queso palmero o los tunos (fruta típica canaria) son algunos de los manjares que se pueden disfrutar acompañados por los vinos de la zona, como el Malvasía.
La Palma cuenta con su propia producción vitivinícola, que se divide en las tres zonas que constituyen la Ruta del Vino: Hoyo de Mazo, Fuencaliente y la zona Norte.
Panorámica de Santa Cruz, en La Palma. Foto: H. Zell.
En cuanto a las compras, la artesanía de la Palma es muy apreciada, como los bordados hechos a mano de El Barrial, que se pueden adquirir en la localidad de El Paso; la cerámica autóctona de El Molino, propia de Hoyo de Mazo, o la cestería que se realiza en la Escuela de Artesanía de la Villa de Mazo. En esta última localidad no hay que dejar de acudir al Mercadillo del Agricultor.
Roque de los Muchachos, en La Palma. Foto: Zyance.
Y todo ello se podrá realizar con una temperatura media anual de 20 grados, que hacen de La Palma un destino ideal para todo el año, especialmente cuando en la Península comienza a asomar el otoño.
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