Con esta entrada estreno la nueva categoría que encontraréis a partir de ya dedicada en exclusiva a la elaboración de panes y masas en casa: La Panadería. Es una de las cosas que mas me gusta de la cocina, ya que siempre me ha parecido alucinante que a partir de cuatro ingredientes básicos y modificando solo cantidades y jugando con los tiempos, se puedan obtener tantas variantes, y no digo ya si aumentamos esos cuatro ingredientes básicos lo que podemos obtener.
En realidad, hace bastante que puse una receta de un Pan árabe, así que éste fue el primero, pero como estreno oficial de la categoría voy a arrancar con una receta que vi el otro día por la tele, y que me gustó por su sencillez. Se trata de un pan muy fácil y bastante rápido de preparar, un pan 50% integral.
Ingredientes:
- 225 gr. de Harina de fuerza
- 225 gr. de Harina integral de Trigo
- 10 gr. de Levadura seca (ojo, impulsor del tipo Royal no)
- 1 Huevo
- 50 gr. de Aceite de Oliva Virgen Extra
- 1 Taza de leche
- 8 gr. de Sal
- 1 pizca de Azúcar
- Cereles o semillas, o una mezcla de ellos
Lo primero que haremos será mezclar todos los ingredientes líquidos, es decir, el huevo, el AOVE y la leche en un bol, y mezclarlos bien con una varilla.
Acto seguido añadiremos la levadura, la sal y el azúcar, y volveremos a mezclar.
En otro bol lo suficiente grande, colocamos las harinas y hacemos un agujero en el centro, donde añadiremos los líquidos de antes. Removeremos para mezclar bien con una pala o cuchara grande, hasta que no se pueda seguir en el bol, momento en que nos llevaremos la masa a la mesa.
Amasamos durante 5 minutos, y estirando la masa de vez en cuando hasta que se rompa, lo que ayudará a que entre mas aire.
Es el momento de poner unos pocos de cereales en la mesa, y seguir amasando, para que la masa los vaya atrapando hacia el interior.
Ahora estiramos la masa con un rodillo, hasta que tenga un grosor de entre 1 y 2 cm. Enrollamos la masa sobre si misma, como si fuese un rollito, si nos ha quedado muy grande, le damos el tamaño del molde, que es el que usamos para los plumcake (el alargado rectangular).
Engrasamos el molde con mantequilla o con aceite, y colocamos la masa dentro. Si queremos que quede mas chulo, se le pueden poner encima unos pocos de cereales. Ahora hay que dejar que la masa suba durante 1 hora mas o menos, a temperatura ambiente. Como estamos en invierno, le doy un pequeño empujón poniendo el horno a 50º durante 5 minutos, tras lo cual lo apago y lo abro para que la temperatura no sea excesiva. Cuando al meter la mano notas una temperatura cálida pero no muy caliente, es el momento de meter el molde tapado con un trapo.
Pasada una hora, la masa habrá subido considerablemente, así que sacamos el molde del horno y lo encendemos, con calor arriba y abajo, y a 180º. Cuando haya precalentado, metemos el molde y lo tendremos durante 40 minutos aproximadamente.
Yo suelo saber si está listo al golpearlo ligeramente con una cuchara de palo, o con la parte plana de un cuchillo, y por el sonido que hace me hago a la idea.
Sacamos del horno, desmoldamos con cuidado de no quemarnos, y sería conveniente dejarlo enfriar sobre una rejilla o algo similar, o un sitio donde el aire enfríe todo el pan, ya que si lo dejamos en el molde, la humedad se condensa en la parte que queda tapada y lo humedece.
Y listo. La verdad es que mas sencillo no puede ser. Tendremos un pan totalmente casero, sin ningún tipo de conservante, que aguantará unos días si lo dejamos en una bolsa metido para evitar que se ponga duro, y si lo tostamos un poco, está de vicio.