Contenido
Dice Luís María Fernández de su documental sobre los problemas que afectan y que hieren al cine español actual, que es un trabajo "honesto" y "sincero", porque las personas que en él participan con sus opiniones, así se manifiestan. Hablan en él de cómo vive cada uno la delicada crisis del cine en España, con la perspectiva del que conoce su oficio, con sus bondades, sus riesgos y sus consecuencias. Actores, productores, realizadores, representantes de la Academia... todos comentan lo que pasa por dentro del cine y cómo lo viven por fuera.
Tras su paso por festivales como el de Alicante, La pantalla herida se estrena en nuestro país en medio del tumulto monárquico/republicano, y aunque habla de otro tipo de situaciones también críticas, es lo suficientemente afilada como para clavarse en las opiniones de cada uno.Es sincera: sus participantes se expresan con comodidad y atacan, juzgan, conjeturan, se lamentan de cosas que en pocas ocasiones son tan honestamente consideradas por sus representantes, sin que termine de llover a gusto de nadie.Un documental lleno de gente que regala sus pensamientos y sus quejas, gente más o menos mediática y más o menos conocida que se junta con otra a la que casi nunca vemos como espectadores, para rodar un documental: realizador, técnicos, ayudantes, auxiliares... casi cada plano de La pantalla herida roba un vistazo de una mano que sostiene un micro, de una claqueta lista para marcar o de un técnico, concentrado en regular correctamente el dispositivo que permita, que lo que estamos viendo haya llegado a ser una película proyectada en la pantalla herida y dolida de una sala de cine.