Bruselas, capital de Europa, de Bélgica y de las comunidades francófona y flamenca, es oficialmente bilingüe francés-neerlandés, pero es actualmente de facto mayoritariamente francófona, entre un 80 y 90 por ciento. Sin embargo se está observando un hecho paradójico e insólito. Las escuelas de habla neerlandesa están sufriendo una falta crónica de plazas, y se prevé en los años que vienen un boom de población que solo agravará la situación. La revista Flanders Today ha hecho una mirada a las causas de este problema y los pasos que se han dado para resolverlo.
La situación actual de una falta crítica de espacio en las escuelas de habla neerlandesa viene en gran medida de un crecimiento de la demanda y de la falta de tener en cuenta la tendencia de su aumento en el pasado. Mucha de la demanda nueva ha venido de familias en las que no se habla neerlandés en el hogar. Meter a los niños en una escuela de habla neerlandesa les da mayores oportunidades en una capital bilingüe.
Cuando la competición por las places se hacía más cruda, el gobierno flamenco introdujo en 2002 un decreto fijando criterios de admisión para las escuelas primarias. Se daba prioridad a los hermanos de alumnos ya inscritos: el 45% de las plazas restantes se reservaban para niños de habla neerlandesa; y también se daba alguna prioridad a niños de grupos desfavorecidos. La revista cita el ejemplo de una escuela en la que actualmente solo el 1% de los alumnos son de un hogar en el que ambos padres son de habla neerlandesa; un 10% son de hogares bilingües neerlandés-francés; el 80% son de hogares en los que se habla francés.
Así que la situación se hacía especialmente difícil para los primeros nacidos. Con el tiempo las plazas para hermanos fueron ocupándose, incluidos los hermanos de familias en las que no se hablaba neerlandés, y pocos sitios quedaban para el resto. Los padres de chavales sin prioridad tienen que presentarse un día específico para pedir una de las pocas plazas que quedan, y que se conceden según el orden de llegada.
Entonces se presenta el hecho insólito de ver a padres acampando delante de las puertas de las escuelas primarias en tiendas y sacos de dormir (como si se tratase de adquirir entradas para un partido de futbol importante). Y parece que habrá que vivir todavía cierto tiempo con esta imagen. Algunos han decidido mudarse a áreas flamencas en los alrededores de Bruselas, donde tienen más probabilidad de encontrar plazas en la escuela, lo cual diluye todavía más la presencia de habitantes de habla neerlandesa en la capital.
Bruselas está esperando en su totalidad unos 200.000 nuevos residentes en los próximos 20 años, muchos de ellos inmigrantes. Esto dará lugar a la necesidad de 15000 nuevas plazas de alumnos, que, de acuerdo con el reparto de la población, significa del orden de 3000 plazas adicionales en escuelas de habla neerlandesa.
El Ministro de Educación, Pascal Smet, ha adaptado recientemente un decreto que aumenta la cuota de los de habla neerlandesa a 55%, lo cual dio origen a una queja legal a la Corte Constitucional por la Comunidad Francófona. Sus escuelas en Bruselas también sufren una falta de plazas, y una petición anterior para que las escuelas de habla neerlandesa acepten más hijos de familias inmigrantes cayeron en oídos sordos.
Algunas cosas están cambiado en Bruselas. “Durante muchos años, nosotros los flamencos nos quejábamos de que ‘ellos’ (los francófonos) no querían aprender el neerlandés”, dijo el parlamentario flamenco Sven Gatz. “Ahora un importante número de ‘ellos’ están veniendo a nuestras escuelas”
El caso es que Bruselas no es la única ciudad que se enfrenta al problema de falta de plazas en las escuelas. También lo sufre Amberes, la segunda ciudad más poblada de Bélgica. Igual que Bruselas está enfrentándose a una “bomba de reloj” demográfica y necesitará 20 nuevas escuelas primarias en 2020 y el equivalente de 60 secundarias en 2025. Esto va a suponer un gran esfuerzo en inversiones en los próximos 10 años.