Todos tenemos un punto de vista diferente con respecto al dinero, de lo que no hay duda es que ese punto de vista define nuestro comportamiento.
Consideremos como reacciona la gente en situaciones que involucran dinero.
Un músico se encuentra parado en una esquina, dando un buen espectáculo, de manera gratuita. La mayoría de la gente pasa sin apenas notarlo (Ver el punto 3 en la gráfica). Ese mismo músico tocando en un bar en el que te cobran $50 (dólares, euros, pesos o cualquiera que sea tu moneda) obtiene un poco más de atención. Si colocas al mismo músico en una sala de conciertos en la que cobras $500 de pronto se convierte en todo un evento.
Otro caso, paga a alguien un salario mínimo o en el caso de prácticantes, trainees o internistas ofrece una ayuda económica (Ver punto 4 en la gráfica), y entonces tratarán el trabajo como un verdadero empleo. Aunque, no esperes que esos mismos trabajadores den un esfuerzo extra o se lanzen a conquistar sus miedos, el mensaje es que el esfuerzo fue otorgado y pagado en la misma medida y no valía mucho para el jefe, así que ellos retribuyen de la misma manera. Lo mismo puede suceder en una clase o curso que es fácil de obtener y no cuesta mucho. Fácil de empezarlo, barato probarlo igual a no mucho esfuerzo como resultado.
Es interesante ver ahora lo que sucede con las personas que pagan bien o son bien pagadas (puntos 2 y 5 en la gráfica). Tomemos como ejemplo a algunos estudiantes de leyes de Harvard o uno de los socios de algún reconocido bufet de abogados.
En este punto tenemos a aquellos que pasan noches en vela, realizando esfuerzos heroicos, haciendo esfuerzos que ponen en riesgo su carrera y haciendo todo tipo de inversiones personales. Pese a todo esto, sin embargo, y a medida que extendemos la curva a situaciones en donde las reglas del dinero racional están suspendidas, algo sucede, la gente se vuelve temerosa de nuevo.
Imagina a JK Rowling o a Donald Trump apostándolo todo, sin embargo, la enorme cantidad de dinero que podrían ganar para estar en el siguiente nivel (Ver puntos 1 y 6 de la gráfica) ya no es suficiente para sacarlos de su zona de confort. El dinero deja de ser un motivador para todo el mundo en algún momento.
Lo más interesante de todo es la línea negra del centro (Ver 3 en la gráfica). Punto cero, el lugar donde el dinero no cambia de manos, aquí vemos el trabajo voluntario e intercambios gratuitos. En esas situaciones, solemos ver esfuerzos extraordinarios, las cosas que hacen ganar premios Nobel. Casi todas las cosas grandiosas, valientes y hermosas de nuestra cultura fueron creadas por alguien que no lo hizo por dinero.
Así pues, tenemos a todos aquellos voluntarios locales poniendo una gran cantidad de horas en su labor, incluso si nadie esta mirando. Escuchamos canciones muy bellas o leemos poemas que a nadie le pagaron por escribir. Y aún así, en ocasiones todavía vemos comentarios ofensivos o poco entusiastas en contra de estas obras.
Retira el dinero de la historia y nos encontraremos en una categoría totalmente nueva. La forma más vívida de pensar en esto es identificar la diferencia entre un acuerdo mutuo que lleva a una cita romántica y otro en el cual el dinero cambia de manos.
Por supuesto, todos los pensamientos son válidos al decidir cuanto se debería cobrar por un concierto, cual debería ser el costo de un curso, que es lo que motiva a los creadores de empleo o si una obra de arte debería desaparecer cuando el modelo de negocio para esa obra se esfuma.
La entrada La paradójica curva de dinero y esfuerzo se publicó primero en Cristian Monroy.