La pareja del año

Son politólogos, progresistas, solidarios, pertenecen al mundo de la cultura, prohiben en nombre de la libertad y buscan terminar con la casta, o sea, todo lo que difiera de su folosofía políticamente correcta. Sin embargo, la facturación de cuatrocientos mil euros en un par de meses por parte de una empresa sin empleados cuyo único accionista es el Sr. Monedero, resulta, cuando menos, llamativa. Afirma que se lo pagaron por un estudio sobre una supuesta moneda única en Latinoamérica, que se le solicitó por su experiencia laboral en el Banco Central Europeo, según consta además en su curriculum, pero en donde, al parecer, no se le conoce ni por referencias. De todos modos, tengo la sensación de que el estudio está extraordinariamente bien pagado, independientemente de la indudable valía y experiencia de D. Juan Carlos, que lleva, por otro lado, bastante tiempo criticando las puertas giratorias en consejos de administración donde sus miembros, en opinión del ideólogo podemita, perciben injustas retribuciones por su escaso trabajo.

El Sr. Errejón también tenía un apaño con la Universidad, en la que un amiguete lo puso al frente de un estudio bien remunerado que hacía a distancia, como los cursos CCC, aunque al parecer, y ya nos ilustró el Sr. Iglesias en ese sentido, se le había olvidado “un papelito”. Tampoco conozco muy bien el significado del término porque el progresista líder de Podemos, lo utilizó también para denominar a la Constitución Española de 1.978; tal vez el documento en cuestión tenía algo más de importancia que la atribuida por su jefe de filas.

Sueldo de parlamentario europeo, de profesor y actividad investigadora mientras acude a actos promocionales del partido, empresas que facturan centenares de miles de euros en pocos meses, subvenciones iraníes a sus programas televisivos, allegados con pisos en Rivas Vaciamadrid y participantes en cursos subvencionados y realizados por empresas propiedad de la familia, y aún sin cuota de poder. Después quieren terminar con la casta; supongo yo que para ocjuparla ellos mismos, naturalmente.