La partícula de Dios (2011)

Póster: La partícula de Dios (2011)

De acuerdo con la teoría cosmológica más aceptada, el Big Bang fue el suceso que originó la formación del Universo. La propia teoría surge de la pregunta: ¿por qué estamos aquí? Ned Cruz (Antonio Banderas) se plantea una variante: ¿qué hace él aquí, en Los Ángeles, entrometiéndose en las vidas secretas de otras personas? ¿Qué clase de mundo es este, donde es posible ganarse así la vida? Con esta sensación de culpa pesando sobre su cabeza, Cruz acepta un trabajo de un nuevo y extraño cliente: un ruso que está desesperado por encontrar a su novia, Lexi Persimmon (Sienna Guillory).

Calificación: 5,447.

Tráiler de la Película

Ficha:

Título Original: The Big Bang.
Director: Tony Krantz.
Guionista: Erik Jendresen.
Intérpretes: Antonio Banderas, Sienna Guillory, Sam Elliott, Thomas Kretschmann, William Fichtner, Delroy Lindo, Autumn Reeser, James Van Der Beek, Jimmi Simpson, Bill Duke, Rebecca Mader, Robert Maillet, Snoop Dogg, Reece Pearson, Robert Ernie Lee, Rachel Handler.
Productores: Erik Jendresen, Tony Krantz, Richard Rionda Del Castro.
Fotografía: Shelly Johnson.
Música: Johnny Marr.
Montaje: Fred Raskin.
Diseño de Producción: Steve Arnold.
Diseño de Vestuario: Debra McGuire.
País: Estados Unidos.
Lugares de Rodaje: Washington (Estados Unidos).
Fechas de Rodaje: De 14-10-2009 a 21-11-2009.
Año: 2011.
Duración: 101 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Acción, Misterio, Suspense.
Estreno: 16-04-2014.
Distribuidora: Paycom Multimedia, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.

Fotograma: La partícula de Dios (2011)

Crítica:

22-04-2014 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA

Callejón sin salida

No puede ser más pretencioso el título del inverosímil ‘thriller’ que hoy les comentamos, “La partícula de Dios” (“The Big Bang”, en el original), protagonizado de forma poco convincente por Antonio Banderas. El actor malagueño da vida en esta ocasión a un baqueteado detective privado, Ned Cruz, metido de hoz y coz en una intriga relacionada con la búsqueda de una chica, desaparecida sin dejar rastro en una megalópolis como Los Ángeles. Investigación propiciada por un gigantesco boxeador de origen ruso, que le llevará a un callejón sin salida. Trama que nos remite a la novela negra en general y a “Adiós, muñeca” de Raymond Chandler en particular.

Sólo los pobres de espíritu se creen todavía que el personaje del detective privado se reduce a ese topicazo infame de perdedor a costa de encajar golpes bajos. El secreto tampoco consiste en averiguar si las palmeras de L. A. están o no envenenadas, engullir cuatro bourbons con hielo y luego escupir al amanecer que la poli está podrida y la ciudad es un inmenso estercolero. Si el detective es el único de los personajes clásicos que continúa con vida, se debe a una combinación de soledad, lucidez y un trabajo que hace por dinero, que le obliga a husmear a costa de su piel y de sus profundas convicciones personales.

Nada de esto último se da en este mediocre ‘thriller’ del ignoto director Tony Krantz, a años luz de inolvidables detectives al estilo de Sam Spade, Philip Marlowe, Lew Harper, Mike Hammer o incluso J. J. Gittes. Para colmo de males, la elusiva ‘stripper’ que coprotagoniza la intriga y los villanos de turno tampoco añaden ese pálpito de misterio y horror que resulta obligado en todo ‘film noir’ que se precie. Así pues, el endeble armazón de la película se hace insostenible, y ya en los últimos minutos, cuando se trata de dilucidar la trama, se viene abajo con estrépito, en un desaforado festival de gratuita violencia.