Antonio Lucas "Lobo".
Entre el próximo 15 y 24 de abril tendrá lugar a lo largo y ancho de este país, que ya no es tanto de pandereta y sí de fútbol en abierto, lo que conocemos por Semana Santa. La Pasión está servida.
Se denomina pasión a aquel sentimiento o emoción muy intensa que un ser humano puede profesar por otro, tal sería el caso de la fuerte inclinación o preferencia que un individuo manifiesta por otro, incluso también por cualquier objeto, ente, ideal, etc.
El término pasión ostenta una especialísima significación dentro de la doctrina cristiana. Pasión de Cristo se denomina a los diversos padecimientos físicos y psíquicos que tuvo que afrontar el hijo de Dios cuando iba camino a su crucifixión y posterior muerte.
Ninguno de “nosotros” ignoramos, ¡¡oh!! enfermos del asueto y del universo balompédico, que este año la Semana Santa trae premio. El sábado 16 de abril Madrid y Barcelona se enfrentarán en el enésimo partido del siglo, encuentro oficial de liga que se disputará en el Santiago Bernabéu. Cuatro días más tarde (para qué más), el Miércoles Santo, se celebrará la finalísima de la Copa del Rey, que, ¡¡oh!! dioses, enfrentará de nuevo a los dos titanes. Mis visceras no recuerdan algo similar ni por asomo. Sinceramente, ¿a ustedes no les tiemblan las piernas (por no decir otra cosa) sólo de pensarlo? Lo del posible cruce en Europa ni lo comento, me faltan fuerzas.
Y dijo mi señora madre a la inoportuna visita de turno durante un clásico: “hija, perdónales, porque no saben lo que hacen”.
Realmente Cielo e Infierno existen, pues eso precisamente será lo que les aguarde al vencedor y al vencido, respectivamente. Algunos (incluido primeramente el que escribe) pueden llegar a sufrir mucho esta semana de Pasión. Serán 180 minutos, si no más, de auténtica tensión. El calvario para uno u otro bando puede resultar letal. La pregunta es ¿Quién será el crucificado? ¿Real Madrid o F.C. Barcelona?
El pueblo futbolero del Señor está más del lado de los blaugranas, porque ellos tienen al Mesías, aquel que fue anunciado y prometido desde que Dios se marchara a Italia, tienen a un arcángel que hace meses conquistó al mundo y además tienen la Palabra de Pep, que viene siendo la Buena Nueva en Can Barça desde que el profeta de Sampedor llegara.
Sin embargo, la casa blanca ya no es, como otrora, Sodoma y Gomorra. Desde que el apostol Florentino aterrizó las aguas del Jordán han vuelto a su cauce. Con él llegó Mousés, con sus diez mandamientos el pueblo de Valdebebas ya no comete actos impuros ni en Copa ni en Champions. Y por supuesto, tener al más Cristiano de todos entre sus fieles les otorga posibilidades para conseguir lo que sea.
Así pues, será una semana de Pasión como nunca antes se había vivido, sólo tras conocer el rostro del triunfador sabremos si es en Las Ramblas o en La Cibeles donde se multiplicarán los panes y los peces, donde se convertirá el agua en vino y donde los enfermos sanarán para ya muchos años venideros.
La Pasión está servida. Recen lo que sepan.