Padre Nuestro (y es nuestro de verdad)
Diego nuestro que estas en la tierra,
santificada sea tu zurda,
Venga a nosotros tu magia,
háganse tus goles recordar,
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy una alegría en este día,
y perdona aquellos periodistas
así como nosotros perdonamos
a la mafia napolitana.
No nos dejes manchar la pelota
y líbranos de Havelange..
Diego.
Creo lo impensado. Un “golario” en vez de un rosario. Es un ser que habita en la tierra, visible, palpable y más humano y vulnerable que cualquiera en su lugar. Es diego, es pelusa, el Dios y santo para muchos, es abuelo, padre e hijo. Es ídolo de multitudes. Es débil, fuerte y contradictorio. Como dicen en la iglesia que lleva su nombre y espíritu, y en donde la admiración supera todo pensamiento racional: Tiene potrero, sacrificio y transpira la camiseta. Y con eso es suficiente para bancarlo. Es simplemente el 10, el Diego.
Acérrimo fanatismo, locura, y amor. Un sentimiento que los fieles de la iglesia maradoniana conocen de cerca y no discuten. Sufren y rezan.
Fuente Reuters/EFE/Publico.es/TV Azteca.