¿Sabes por qué? Porque la pasión (también la pasión por el trabajo) te trae felicidad y la felicidad te trae libertad.
Creo que estamos de acuerdo en que hacer las cosas con pasión es una de las claves para un vida próspera y feliz, ¿verdad? Yo siempre digo que la pasión unida al talento constituye la fórmula para el éxito.
Ambas cosas incluyo:
♦ pasión por lo que haces, por el trabajo,
♦ y talento para el mismo.
Tienes que ser bueno en lo que hagas ( y si no lo eres, aprender a serlo, espabilarte un poquito), pero también tiene que apasionarte; en otro caso, te aburres, te cansas, lo dejas y sientes que tienes que cambiar, el cambio te saca de tu zona de confort y empiezan los quebraderos de cabeza (y las madres mías). Por eso una de las cosas principales que debemos hacer en nuestra vida es determinar nuestras pasiones. Y cuanto antes lo hagamos, mejor, menos tiempo perdido.
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Como últimamente estoy un poco exhibicionista, te contaré algo de mi vida.
Desde hace tiempo soy una persona afortunada, feliz, plena y que hago lo que me apasiona. Llevo la vida que me gusta y me siento dichoso. Eso ya lo sabéis, pero lo que no sabéis es lo que viene ahora :).
Y es que resulta que no siempre ha sido así. Durante gran parte de mis años yo no conocía ( o creía no conocer) nada que constituyera una pasión para mí.
Y menos una pasión por el trabajo, porque lo de trabajar siempre lo he considerado aburrido y soporífero: una especie de mal necesario, algo que había que soportar, una maldición divina impuesta por los dioses cuando el ser humano se pasó de listo en el paraíso y se hizo el gracioso. En castigo, Dios impuso el trabajo y le dijo algo así como “ahora te vas a enterar, bonito”.
Lo de que el trabajo dignifica… ¡depende!. Si no te apasiona, es un castigo
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Entonces (que me disperso), para mí el trabajo era un castigo.
Pero lo era porque no había nada que me gustara hacer y yo consideraba que no sentía pasión por nada: ni por el trabajo ni por nada de la vida en general (todos tenemos nuestra etapa existencialista en la que nos dedicamos a leer a todos los autores maniaco depresivos que caen en nuestras manos. Afortunadamente, existe el desarrollo personal y, trabajándotelo, puedes llevar una vida de felicidad y libertad).
Como digo, en esa época en que me paseaba por la vida con cara de suicidio, no había en mí por más que buscara una pasión por algo: alguna actividad, algún sector…
Hacía las cosas que se suponía debía hacer en cada momento, como la mayoría, y porque no creía tener más alternativa. A modo de ejemplo, me matriculé para el carnet de conducir a los 18 años por la poderosa razón de que era lo que todo el mundo hacía, aunque la realidad es que nunca he tenido el más mínimo interés por colocarme delante de un volante.
Yo, como muchos, era un ser previsible, programado para ser, existir y deambular a la espera de que llegara la noche para dormir (por entonces todavía no sabía que dormir era lo que hacía durante el día).
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¿Qué ocurre con la pasión y los trabajos?
Entonces, ¿qué ocurre? Que estamos muy condicionados por todo: entorno, sociedad, familia, televisión…
La masa te atrae hacía sí con una poderosa fuerza centrípeta y cuesta encontrar una verdadera pasión porque, cuando hallas en tu ser algo que te hace vibrar, enseguida aparece toda la comitiva de expertos amargadores de la vida diciéndote que eso no se puede, que es una tontería, que vaya ocurrencias, que de eso no es posible vivir, etc. etc.
Finalizando, por supuesto, con el clásico “¿en qué mundo vives?”
Bueno, la realidad es que uno tan solo pretende vivir en el mundo que elige vivir, aunque a menudo la gente pretenda no dejarte hacerlo.
En ocasiones el ser humano es un desconocido dentro de su propia especie y sí, lo digo por experiencia y con dolor: cuesta salir de ahí a no ser que tengas una gran fuerza de voluntad y unos deseos de superación brutales. La masa es muy alienante, se lo trabaja, y no te deja escapar gratis así porque sí: necesita miembros para alimentarse.
Salir de la masa cuesta trabajo, pero si te lo propones, sales
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La idea que quiero transmitir (si puedo, porque dispersarme, me disperso lo mío ) es que, cuando dices no tener ninguna pasión (por el trabajo o por algo), no es que no la tengas, es que te estás haciendo mal la pregunta.
No sabes cuál es porque te preguntas lo que no debes preguntarte al estar mediatizado por otras consideraciones: si te va a permitir vivir de ello, si se van a reír de ti, si tiene relación con lo que has estudiado o lo que te has formado…
No te preguntas cuál es tu pasión simple y llanamente, qué es lo que te gusta, sino si lo que te gusta va a tener cobertura y aceptación dentro de los límites sociales, dentro de la masa, dentro de la manada.
La pregunta en cuestión
Porque yo no me creo que no te guste nada. ¿No te gusta ni comer, ni dormir, ni viajar, ni leer, ni ir al cine, ni hablar con nadie, ni practicar sexo, ni dejar fantasear tu mente, ni…?
Por supuesto, hay cosas que te gustan, el problema es que consideras que de eso no se puede vivir. Ahí está al quid de la cuestión. Te limitas antes de empezar y desechas la idea porque no crees posible ganarte la vida con ello.
La pregunta no es: ¿qué puedo encontrar que me apasione y me permita vivir de ello?
La pregunta, con un sutil (y determinante) matiz de diferencia es: ¿cómo puedo vivir de lo que me apasiona?
Es decir, no te preguntas primero si puedes vivir de lo que te apasiona. Te preguntas qué te apasiona y después te preguntas cómo vivir de ello.
Determinas tu pasión, insertas en ella tu trabajo y la monetizas con tu saber
Hace pocas semanas hablábamos de monetizar lo que sabíamos creando infoproductos. Si te gusta viajar, inflarte a comer o practicar el sexo, seguro que tienes
- conocimientos
- anécdotas
- habilidades aprendidas
- sugerencias
- trucos
que puedes mostrar a los demás a través de diversas vías y crearte una fuente de ingresos con ello.
Estás utilizando tu pasión para crear con ella, y la creación unida con el marketing de lo que hagas, significa ingresos (y negocios de éxito).
No digo que lo vayas a conseguir de la noche a la mañana, ni que no debas aprender a hacerlo, ni que te vayas a hacer millonario el primer día. Digo que iniciar esa vía, profundizarla, desarrollarla y perfeccionarla te abrirá un camino de desarrollo personal y ganancias.
¿No lo crees? Lo siento, pero yo sí. Si no lo crees, no será, y si lo creo, será. Y te voy a decir porqué lo creo: porque si otros lo hacen (y no especialmente inteligentes ni talentosos) tú también puedes.
¿Cómo sabes que sientes pasión por el trabajo?
Es tu pasión cuando
♦ No te importa el tiempo que transcurre porque no miras el reloj
♦ No te importa si es festivo o no.
♦ Lo harías aunque no te pagaran porque para ti es un hobby, un entretenimiento, un placer.
♦ Llevas tiempo dándole vueltas en la cabeza (quizá desde pequeño), soñando con hacerlo aunque siempre terminabas abandonando la idea (la masa, el rebaño).
♦ Y cosas por el estilo.
Finalizaré ahora con la vivencia personal que te decía al inicio.
Mi pasión, mi trabajo y mi vida son una y la misma cosa
Como quizá hayas leído en algún lugar, hace años comencé a diseñar mi estrategia de ingresos pasivos con los que afortunadamente me gano la vida desde hace tiempo.
Yo no voy a trabajar a ningún sitio por las mañanas ni por las tardes ni por las noches. Yo he constituido y sigo haciéndolo fuentes de ingreso que trabajan para mí, incluso cuando duermo.
Cuando digo que sigo haciéndolo, debo especificar que lo hago por gusto, por placer, POR PASIÓN, porque no tengo ninguna necesidad de hacerlo. Si el próximo mes me dedicara a dormir las 24 horas del día durante los 30 días que tiene el mes ganaría lo mismo que el mes anterior.
Creo que se entiende lo que quiero decir, ¿verdad?
Si el ingreso es pasivo tienes que percibirlo hasta cuando duermes
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No lo digo por presumir, porque para mí no es nada digno de presunción, ya que cualquiera (sí, cualquiera) puede hacerlo. Lo digo para invitar a los demás al conocimiento (a la experiencia) de que otra vida es posible (fuera de la masa, por supuesto, la masa nunca lo entendería).
Pues bien, a lo que iba (lo anterior es la introducción :
Ayer estuvo en mi casa por la tarde Miguel Ángel Gómez, de www.miguelgomezsa.com. Miguel Ángel es programador y desarrollador web, especialista en SEO y autor del e book Seo luego existo. Es el hombre que ves en la foto. Hasta ahora no he hablado de él pero creo que ya es hora de que lo conozcas.
Vino a casa porque estamos preparando un proyecto de creación de plataformas web para emprendedores del conocimiento y generadores de ingresos pasivos. Eso, se supone, es una idea de negocio con la que vamos a obtener ingresos (habrá información próximamente en esta web).
Miguel Ángel se fue ni más ni menos que después de las 12 de la noche. Estuvimos horas (¡horas!) hablando, trabajando, debatiendo, riendo, comiendo, diciendo imbecilidades, dispersándonos con cosas varias… y pasándolo bomba.
Se nos hicieron las 12 de la noche (como otras muchas veces) sin darnos cuenta porque para nosotros no es trabajo, es pasión, y concretamente pasión por el trabajo.
Nosotros no trabajamos: disfrutamos de lo que hacemos y ganamos dinero con ello.
Descubre aquí cómo trabajamos con pasión @MiguelGomezSa y yo cuando estamos en casa
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Si yo no me involucrara en este proyecto con Miguel Ángel, no pasaría nada porque seguiría viviendo igual. Pero lo hago porque me apasiona, porque me gusta, me encanta, se me pasan las horas y no miro el reloj. Igual que él.
No me importa que sea tarde porque me lo estoy pasando pipa y cuando me acuesto no pongo el despertador. No me espera nadie en ningún sitio. No le rindo cuentas a nadie. No le debo nada a nadie. Soy libre.
Por eso, la pasión por lo que haces te trae la libertad porque te trae la felicidad. Y creo que no hay cosa más importante en esta vida que ser libre y ser feliz.
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Si lo que hago te puede inspirar, me alegraré mucho. Mi mensaje es que otra vida es posible. Lo sé porque lo vivo.
Te deseo lo mejor, y como no basta con desearlo, permanece atento al blog porque pronto hablaremos de estrategias para conseguirlo.
Muchos abrazos desde lo mejor que hay en mí hasta lo mejor que hay en ti, que por supuesto es lo mismo.