Escribir para mí es como ser libre sin salir de la habitación. Es algo que he descuidado, estoy desconectada de mi misma. Me he perdido y justo ahora no se quien soy. Pero cuando escribo, me percibo, puedo sentir que me amo, que me escucho, que me valoro. Como cuando sueñas y te das la oportunidad de volar. Quieres ordenar tus pensamientos. Como cuando sueñas y tu sueños se hace realidad, puedes creer que estás soñando, pero es real.
Es maravilloso. Como cuando viajas a un lugar increible y no puedes creer que estés ahí. Solo cosas bellas pueden estar en tu mente y tus pensamientos, cuando estás allí. Como cuando estás enamorado de alguien y esa persona te acepta, te corresponde, te comprende, así de inverosímil, es escribir para mí.
Es un reencuentro con tu interior. Las flores se mueven dulcemente con el viento, mi inspiración junto con el viento, me hace recordar que aún soy joven, que me falta mucho por vivir. Es como si mi talento volviera a renacer, por aquellos recuerdos de mi temprana edad. Porque a veces te quedas vacía con las decepciones y parece que nada te apasiona, te sientes como un lago que desemboca en el mar, no te queda, y nada se puede hacer. Pero te vuelves a llenar cuando le das una oportunidad a tu voz, para escucharte a ti mismo y expresarte todo lo que tengas que contarte a ti mismo.