Revista Cine

La Patagonia como protagonista: Historias mínimas

Publicado el 05 marzo 2014 por Pabela
Título: Historias mínimas Director: Carlos Sorin Intérpretes: Javier LombardoAntonio BenedictiJaviera Bravo
Nota: 7.5/10 Una historia en la Patagonia, esa zona desértica de Argentina. Tres personajes que viajan por ella en una misma dirección, San Julián, pero cada uno por un motivo diferente. Tres historias mínimas y sencillas en cuanto a sus personajes, pero no en alguno de sus motivos. En cada viaje hay algo que lo hace profundo aunque no lo parezca. La película dirigida por Carlos Sorin no es para verla en cualquier momento, la historia necesita una predisposición para poder disfrutarla. No pasa nada relevante para el espectador, solo para cada uno de los tres protagonistas. El espectador es un mero observador distante, no hay ninguna forma de entrar en la historia. Estamos viendo desde fuera, a través de la ventana y eso es algo que puede jugar en contra de Sorín, ya que por mucho que queramos empatizar con cada uno de los personajes no se puede.
La Patagonia como protagonista: Historias mínimas Carlos Sorín intenta hacer una Odisea, una Ilíada, pero nada, se ahoga en la arena. Se queda en una road movie donde los secundarios van pasando uno tras otro, no dejan poso. ¿Quién se acuerda de la chica que lleva a Don Justo (Antonio Benedicti) El verdadero secundario de la historia es la Patagonia, San Julián, el paisaje, la región, el desierto… Es el que acompaña a cada uno de los personajes. No les abandona en ninguna ocasión. Cada personaje que inicia su camino a San Julián es un mundo aparte. Cada uno lo hace por distintos motivos. Pero lo que le tira hacia abajo a la película es la falta de equilibrió de peso entre las historias. La mayor parte del metraje está repartido entre Don Justo y Roberto (Javier Lombardo), mientras que María (Javiera Bravo) es el perosnaje que abre y cierra la historia. Es cierto que el viaje de María es menos importante que el resto. Los dos hombres buscan a dos seres queridos, Don Justo quiere encontrar a su perro y de paso recibir el perdón, y Roberto quiere ver si esa persona a la que quiere le corresponde. Sorín intenta hacer de una historia sencilla una historia grande y eso es muy difícil. Pocos directores lo han intentado y menos aún lo han conseguido.
Fernando Serrano

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