Durante ese rato en que yo engullo alimentos más que otra cosa, la pequeña va alcanzando sus juguetes al ritmo de lo que le voy cantando. Pero de unos días para acá ha descubierto que le interesa más lo que yo como que sus propios juguetes. Al principio se lanzaba en plan comando desde su posición de sentada al colchón y una vez tumbada intentaba alcanzar mi bandeja estirándose todo lo posible. Viendo que así no lo conseguía ha depurado la técnica y ha empezado a hacer fuerza con un apierna mientras con una mano se apoya, consiguiendo así desplazarse poquito a poquito. Y no tan poco a poco, porque lo mismo entre cojo una cucharada de lo que esté comiendo hasta que la vuelvo a mirar ya está intentando coger mi vaso y eso si no lo tiene ya casi en la mano. Cuando ya está cerca de mí me intenta coger el tenedor, el pan o lo que más le llame la atención. Cuando me alcanza la vuelvo a colocar en la posición inicial y no tarda más de dos minutos en volver a estar cerca de mi bandeja. Es graciosísima!!
Estos primeros desplazamientos vienen a avisarnos de que el gateo está próximo, por lo que tendré que empezar a librar el suelo de obstáculos incomodos o peligrosos. Habrá que quitar del alcance de la Patatita las regletas y tapar los enchufes que estén a mano, cubrir las esquinas de la mesa baja del salón, cerrar la puerta de la habitación donde estemos gateando para no salir rodando por las escaleras, tener cuidad con los cajones que estén a su altura y contengan objetos pequeños... Además, hace ya unos meses aproveché una oferta para comprar unas fichas de goma espuma grandes, de esas que se usan en aerobic para que si se cae, caiga sobre blando ( o al menos más sueve) y para que yo no me haga polvo las rodillas al jugar con ella.
Creo que ne le tiempo que ella vaya cogiendo destreza para empezar a lanzarse a explorar desde el suelo me dará tiempo a mí a preparar la casa!!
Por el momento he aprovechado también para investigar y leer un poco sobre el gateo de los bebés y he descubierto que no solo es el primer paso para lanzarse a caminar, el dominio del espacio que le rodea o la coordinación, si no que además estimula su desarrollo en aspectos tan curiosos como la futura lectura y la escritura, o en la focalización y concentración.
Además he encontrado estos otros aspectos que favorece el gateo:
- Es una de las bases para el desarrollo cerebral y educativo del niños. Gracias el se van creando las rutas de información neurológica entre los dos hemisferios, esto quiere decir, que va a facilitar el pasó de información esencial del un hemisferio a otro, permitiendo la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
- Desarrolla la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y en equilibrio del cuerpo humano. Esto implica que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho.
- Desarrolla el sistema vestibular de suma importancia para activar la emisión de señales de los dos laberintos del oído al cerebelo, el desarrollo de esto permite que el bebé desarrolle su percepción, así el podrá saber a ciencia cierta dónde están todos y cada uno de los puntos de su propio cuerpo, así el cerebro puede ordenar a cada parte particular que actue conforme a las necesidades que se presenten en forma ordenada e independiente.
- Permite desarrollar la convergencia visual, el bebé al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el proceso de convergencia es cuando el bebé enfoca ambos ojos en un punto a la distancia que atrae su interés. 5.- El gateo ayuda al niño a determinar el espacio que le rodea, con lo cual motiva su desarrollo neorológico obteniendo información del ambiente, que le permitirá ejecutar una interacción social.
- Ayuda a desarrollar la “dominación hemisférica”, proceso por el cual se incrementan las habilidades de los niños; es de señalar que los hemisferios determinarán el empleo de la parte derecha o izquierda del cuerpo en tal o cual acción que el niño realice.
- Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir. Por tanto, el gateo favorece decisivamente la aparición temprana de ambas funciones -leer y escribir- con los beneficios adicionales que ello conlleva intelectualmente.