Cada vez que me asomo a un escritor soviético del siglo XX, la tragedia cultural vivida por país de una gran tradición literaria se me antoja más inmensa. El caso de Platónov, que no fue asesinado ni mandado al Gulag, es igualmente trágico, pues el régimen se ensañó con su hijo y con sus relatos, novelas y publicaciones, que son como otros hijos. Para mí la escritura de Platónov entronca perfectamente con la tradición de su país y a la vez quiere ser un instrumento de modernización y emancipación para las gentes sencillas, que es a quienes se supone que se dirigían las políticas del nuevo régimen. Platónov no se conforma con la escritura, sino que utiliza su profesión de ingeniero para tratar de mejorar las condiciones de vida de la gente, aunque choque con la burocracia y frialdad de un Estado más interesado en las estadísticas de producción que en el bienestar individual. Aquí el artículo:
http://miguel-angel-jimenez-guerra.suite101.net/la-patria-de-la-electricidad-los-relatos-de-andrei-platonov-a75467