Yo tengo la suerte de estar trabajando en una iniciativa para la conservación de esta región, y gracias a esto, tengo oportunidad de visitar lugares remotos, a los que muchos no han ido ni irán nunca. Lugares mágicos y escondidos entre árboles gigantes.
Pasé unos días visitando el Parque Nacional Natural La Paya, que se encuentra en Colombia, en la triple frontera que conforma este país con Ecuador y Perú. Lugares remotos separados por un río llamado Putumayo, el río de la vida, que abastece a lo que Javier Reverte llamó "El río de la desolación" (el Amazonas). Un río tan importante y tan conflictivo en su cuenca que logra difuminar tristeza a lo largo de su camino.
Allí pudimos reunirnos con los funcionarios del parque, pero también con las diferentes nacionalidades indígenas que allí habitan y confluyen. Nos enseñaron sus malocas, sus chagras y su forma de gobierno. Una experiencia de aprendizaje fantástica.
Dejo unas fotos de lo que allí pude contemplar. Una visita rápida y fugaz de un paisaje enorme y riquísimo. Espero poder regresar con más tiempo para observar y menos para trabajar, y siempre seguiré compartiendo esta ventanita al mundo a través de la pantalla.






































