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Después de publicar el EP A medio camino y el cómic Vamos a comernos el mundo, llegó la hora de la traca final de la celebración de estos 20 años de La Pegatina. "Tres conciertos especiales repletos de colaboraciones", tal y como la banda ya había adelantado. El primero de ellos, el viernes 27 de octubre en el Palacio de Deportes de Madrid, comenzó con el cartel de "todo vendido" y al son de Y volar alrededor de las 20:30 horas. Sobre el escenario, la alineación titular: Adrià Salas (voz y guitarra), Rubén Sierra (voz y guitarra), Romain Renard (acordeón, teclados y voz), Miki Florensa (guitarra eléctrica), Ovidi Díaz (percusión, cajón flamenco, coros), Ferran Ibáñez (bajo y coros), Axel Magnani (trompeta y coros) y Miguelón García (trombón).
"Ya sabéis que hay sorpresas esta noche, invitados e invitadas, y vamos a empezar con La Mare", tal cual, su primera invitada no se hizo de rogar. De manera que, tras Como se hacen las flores, Mama e incluso cierto coqueteo con The Weeknd, La Mare se unió a la fiesta —porque aquello ya era una fiesta— para cantar Ahora. Entre tantos estímulos visuales, la puesta en escena de La ciudad de los gatos negros resultó aún más atractiva; luz tenue, Rubén encaramado a una farola de atrezo y Romain tocando el acordeón a su lado. Poco después, al filo de las 21:00, cayó un popurrí en el que la banda de Moncada i Reixac se atrevió con Despechá de Rosalía —entre otras— y para Creiem, su particular revisión de Believe de Cher, contó con Marlena, el dúo formado por Ana Legazpi y Carol Moyano, y Rayden. ¿A quién se refería aquel tipo en la grada cuando gritó "¡jugón, jugón!"? Me quedé con la duda, pero pudo ser cualquiera porque el concierto estaba "disfrutón".
Después de volver a poner al personal patas arriba, perdón, puños arriba, con ¿Cómo explicarte? y un gran solo de trompeta a cargo de Axel, Mario Díaz fue el siguiente invitado que subió al escenario para cantar Olivia. El Palacio de Deportes echaba humo literalmente, porque las llamaradas nos sorprendieron en Nothing But a Lie —el tema multilingüe del disco Hacia otra parte—, como si el espíritu de los mismísimos KISS les hubiera poseído. Los versos en inglés y en alemán no sé si se corearon mucho en la pista, pero los versos en catalán sí, con ganas, demostrando una vez más que la cultura no entiende de las polémicas propias de la llamada "clase política". De hecho, durante el concierto se hizo algún chiste sobre "la derecha que tanto gusta aquí en Madrid" y nadie abandonó el recinto ofendido... En fin, mientras el público seguía coreando sobre las 21:30, Adrià trataba de explicar que El Kanka no había podido acompañarles por estar de fin de gira en Sevilla. Sin embargo, Te veré cuando yo quiera sonó igual de bien y, además, con la mayor parte de La Pegatina agrupada en el centro, sentada; muy acertado ese rollo intimista.
"Una persona ha querido venir a cantar desde México, tanto aquí como en Barcelona", y Marissa Mur cantó con ellos A medio camino, el single del EP homónimo. Ahora bien, ninguna colaboración fue tan aplaudida y celebrada como la siguiente, Maribel "La Canija", la artista que formó parte de La Gran Pegatina. "A los que luchan sin gritar, a los que se juegan la vida, a los que creen que naufragar es cosa de cuatro días, a los que beben para olvidar, a los que buscan compañía, a los que saben sin pensar...", Alosque con "La Canija", uno de los momentazos de la noche.
Tras un nuevo popurrí con Let's Get Loud de Jennifer López o Corazón Espinado de Santana y Maná, de repente apareció
Razkin en plena Diez minutos, a pelo, sin guitarra, y a continuación, Travis Birds fue la invitada en Siempre te
pedí. "Llega un momento muy
importante (...) que lo
estamos grabando", trataba de comentar Rubén mientras sus seguidores le interrumpían con el recurrente "¡lolololo!". "Hay una pregunta que siempre nos hacían en las entrevistas, '¿cuál es el secreto para
seguir 20 años?', y ahora lo sabemos, es el público", y Rubén pidió luces para iluminarlo todo y que le ayudan a cantar Y se fue —como si fuera necesario pedirlo, claro—. "Como siempre he soñado con todo lo que quise no lamento ver las nubes en los días grises, soy de aquellos que quisieron borrar de su pasado la vergüenza de aquel niño que estuvo enamorado...".
"Estamos en contra de que los líderes mundiales miren hacia otro lado en esta masacre en Palestina, quería que quedara claro, por si alguien tenía alguna duda (...) y estamos a favor de que se enseñaran las cuatro lenguas oficiales en todos los colegios de España", sentenció Adrià antes de dar paso a "un ramillete de canciones de los orígenes" y a Esperanza con la colaboración de Maurino, el artista holandés de padres chilenos que recientemente ha estrenado single. No faltó ni la tarta de cumpleaños ni un increíble solo de guitarra de Miki a modo de intro de Heridas de guerra, canción que deparó más llamaradas, y a la que siguió Mamma mia en italiano porque para eso ellos son unos "disfrutones" sin fronteras.
"Vamos a ir terminando... no, pero tenemos un cómic sobre nuestros 20 años...", y tras la presentación de la banda al completo, cayó un duelo acordeón versus guitarra eléctrica al son de No som d'aquí y para rematar, Bella Ciao. Serían las 22:30 cuando el escenario se vació mientras el "¡lolololo!" se seguía entonando y "Mari Carmen" era reclamada a voces. Qué bonito es el amor, así regresó La Pegatina al escenario, aunque no tardó en convertirse en La Gran Pegatina con el regreso de "La Canija" o el también cantante Pipo Ti. Entonces sí, primero con Vamos a por ti, Mari Carmen —"una auténtica rave" dedicada a quienes también cumplían 20 años y por ello habían sido invitados— y Lloverá y yo veré terminó la fiesta, la celebración del 20º aniversario de La Pegatina en Madrid.
Texto: Alberto C. Molina