Revista Opinión

La pelea de los Le Pen

Publicado el 05 mayo 2015 por Maewestlover

jean-marie-lepen-marineJuan Pedro Quiñonero lo cuenta en dos enlaces. Primero:

El comité ejecutivo del Frente Nacional (FN, extrema derecha) ha«suspendido» la condición de militante de Jean-Marie Le Pen, su fundador y presidente de honor. Con esa decisión del comité ejecutivo de su partido, Marine Le Pen clava un puñal envenenado en la espalda política de su propio padre.

(…)

Marine Le Pen, presidenta del FN, y el comité político del partido, han «desaprobado» y «desautorizado» a Jean-Marie Le Pen, presidente de honor y padre de la presidenta, estimando que el patriarca fundador«perturba», «rompe» y «crea muchos problemas» a la línea oficial de su propio partido, definida oficialmente en el congreso de Lyon del otoño pasado.

Segundo:

Dentro del FN, Marine Le Pen y su compañero sentimental, Louis Aliot, desean confirmar el veto oficial del FN a las declaraciones personales de Jean-Marie Le Pen. Bruno Golnisch, miembro de la vieja guardia pretoriana del patriarca, dice que «sería paradójico privar al FN de la palabra de su propio fundador».

(…)

Marine y los nuevos gestores del FN, entre los quienes se encuentra un pequeño núcleo de homosexuales, desean confirmar el «recentraje» oficial del partido. La presidenta y sus amigos políticos controlan el aparato y sus órganos oficiales de expresión.

Jean-Marie Le Pen y sus amigos critican con severidad el «recentraje» y son partidarios de un FN de extrema derecha clásica y dura. Cuentan con un medio de expresión propio, el semanario «Rivarol» que ha definido el FN de Marine Le Pen como «club gay».

Avanzados los chicos estos de la extrema derecha. Lo peor que se pueden decir es que son gays o que no son de centro. Lo primero es obvio: esta gente piensa que ser gay es ser un engendro (igual que los de extrema izquierda por otra parte…). Lo de que no son de centro, es obvio: son de extrema derecha aunque no les guste.

Por otra parte, eso de que Marine Le Pen tenga un compañero sentimental y no se haya casado, no sé yo si lo verán bien los de la extrema derecha. Es un poquito irregular. ;)

Eso sí, demuestran que, por poner el tercer ojo en la silla presidencial, vale todo. Hasta despellejarse mutuamente. Podrían grabar Dinastía a lo Le Pen con estos individuos.


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